Las operadoras de telefonía móvil en España y en todo el mundo han empujado durante una década la llegada, más pronto que tarde, de la explosión del negocio de los contenidos y servicios multimedia en dispositivos celulares. Se desesperaban por la tardanza de los resultados. Ahora que la revolución de los smartphonesy las aplicaciones de internet en movilidad por fin ha llegado, descubren que el tsunamide datos que ha inundado la red y la epidemia de servicios multimedia que llevan aparejados, se han convertido para ellas en un territorio hostil.
Los dos grandes referentes globales de las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las ofertas de Apple (con un catálogo de 425.000 aplicaciones) y de Android (250.00 aplicaciones), arrojan unas cifras de negocio con las que los operadores no pueden competir. El mercado abierto por Google, por ejemplo, solo entre abril y junio ha recibido 3.000 millones de peticiones de descargas de sus aplicaciones.
Para complicar un poco más la vida de los operadores móviles tradicionales, las extraordinarias capacidades desarrolladas por los smartphone, convierten a estos aparatos en auténticos "asistentes personales". Hoy la funcionalidad de voz, base del negocio celular tradicional, es solo una aplicación más, que incluso se ve amenazada por soluciones de voz sobre IP compatibles con los nuevos terminales inteligentes. Los modernos sistemas de mensajería, por otro lado, están a punto de colocar a los SMS en un asunto para ser tratado en las crónicas de la historia de la tecnología.
En el arranque del milenio, cuando el tráfico de datos se asomaba torpemente a los primeros celulares inteligentes, las cosas eran muy diferentes. Los grandes operadores de móvil mundiales, tan poderosamente representados en el mercado español, se apresuraron a crear lo que entonces se llamaron portales wap o portales de operador. Telefónica lanzó e-moción. Vodafone sacó primero Live y más tarde 360. La apuesta de Orange fue más difusa y se articuló por medio de una zona recomendada en su página web.
Se trataba de lo que algunos han denominado "jardín vallado". Cada empresa definía y administraba en exclusiva y con total disciplina, tanto las condiciones de acceso de los usuarios como los precios y las modalidades de la oferta de aplicaciones y de servicios multimedia creados por ellos mimos o por terceros desarrolladores. Vodafone llegó a poner en el mercado terminales específicos completamente adaptados para el uso de su ecosistema de servicios multimedia.
Aquellos intentos tropezaron desde su mismo punto de arranque con la rebeldía del entonces todo poderoso fabricante de terminales Nokia, que pronto optó por crear su propia oferta de servicios multimedia en movilidad, asociado al primer sistema operativo celular con relevancia global, Symbian.
La aparición en 2006 del primer iPhone de Apple lo cambió todo y la irrupción a finales de 2009 del concepto Android de la mano de Google acabó de rematarlo.
Ante el declive del posicionamiento de mercado de Nokia, otros fabricantes se han convertido a la religión de la multiplataforma poniendo en el mercado terminales con los distintos sistemas operativos de éxito. Samsung aplica la máxima promiscuidad en la fabricación, a pesar del éxito que ha conseguido con su propio sistema operativo Bada.
Sony Ericsson ha realizado una gran apuesta por Android, pero a la vez incluye en el menú de sus terminales algunas aplicaciones propias. Un ejemplo destacado es un integrador de distintos sistemas de correo electrónico que posee cada usuario.
Entre tanto los operadores de telecomunicaciones móviles estrujan sus ideas buscando la manera de maximizar su presencia y la rentabilidad en el nuevo universo de las aplicaciones de internet.
En Telefónica le dan vueltas a la puesta en valor de un nuevo concepto de sistema operativo que denominan "de red". Consiste en encontrar "aquellas aplicaciones típicas de operador que solo tienen sentido cuando uno puede contar con una potente infraestructura". Entre otras, citan los sistema de cobro basados en el apunte de los importes en la factura; las aplicaciones que tienen como base la identificación del cliente o las ofertas de publicidad personalizadas.
En Orange están apostando fuerte por las aplicaciones de televisión en el móvil y promocionan su Orange TV Player. A la vez se mantienen en su política de recomendar en un zona de su página web ofertas especificas para ser utilizadas en los terminales Iphone, Blalckberry o con Android.
Los dos grandes referentes globales de las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las ofertas de Apple (con un catálogo de 425.000 aplicaciones) y de Android (250.00 aplicaciones), arrojan unas cifras de negocio con las que los operadores no pueden competir. El mercado abierto por Google, por ejemplo, solo entre abril y junio ha recibido 3.000 millones de peticiones de descargas de sus aplicaciones.
Para complicar un poco más la vida de los operadores móviles tradicionales, las extraordinarias capacidades desarrolladas por los smartphone, convierten a estos aparatos en auténticos "asistentes personales". Hoy la funcionalidad de voz, base del negocio celular tradicional, es solo una aplicación más, que incluso se ve amenazada por soluciones de voz sobre IP compatibles con los nuevos terminales inteligentes. Los modernos sistemas de mensajería, por otro lado, están a punto de colocar a los SMS en un asunto para ser tratado en las crónicas de la historia de la tecnología.
En el arranque del milenio, cuando el tráfico de datos se asomaba torpemente a los primeros celulares inteligentes, las cosas eran muy diferentes. Los grandes operadores de móvil mundiales, tan poderosamente representados en el mercado español, se apresuraron a crear lo que entonces se llamaron portales wap o portales de operador. Telefónica lanzó e-moción. Vodafone sacó primero Live y más tarde 360. La apuesta de Orange fue más difusa y se articuló por medio de una zona recomendada en su página web.
Se trataba de lo que algunos han denominado "jardín vallado". Cada empresa definía y administraba en exclusiva y con total disciplina, tanto las condiciones de acceso de los usuarios como los precios y las modalidades de la oferta de aplicaciones y de servicios multimedia creados por ellos mimos o por terceros desarrolladores. Vodafone llegó a poner en el mercado terminales específicos completamente adaptados para el uso de su ecosistema de servicios multimedia.
Aquellos intentos tropezaron desde su mismo punto de arranque con la rebeldía del entonces todo poderoso fabricante de terminales Nokia, que pronto optó por crear su propia oferta de servicios multimedia en movilidad, asociado al primer sistema operativo celular con relevancia global, Symbian.
La aparición en 2006 del primer iPhone de Apple lo cambió todo y la irrupción a finales de 2009 del concepto Android de la mano de Google acabó de rematarlo.
Ante el declive del posicionamiento de mercado de Nokia, otros fabricantes se han convertido a la religión de la multiplataforma poniendo en el mercado terminales con los distintos sistemas operativos de éxito. Samsung aplica la máxima promiscuidad en la fabricación, a pesar del éxito que ha conseguido con su propio sistema operativo Bada.
Sony Ericsson ha realizado una gran apuesta por Android, pero a la vez incluye en el menú de sus terminales algunas aplicaciones propias. Un ejemplo destacado es un integrador de distintos sistemas de correo electrónico que posee cada usuario.
Entre tanto los operadores de telecomunicaciones móviles estrujan sus ideas buscando la manera de maximizar su presencia y la rentabilidad en el nuevo universo de las aplicaciones de internet.
En Telefónica le dan vueltas a la puesta en valor de un nuevo concepto de sistema operativo que denominan "de red". Consiste en encontrar "aquellas aplicaciones típicas de operador que solo tienen sentido cuando uno puede contar con una potente infraestructura". Entre otras, citan los sistema de cobro basados en el apunte de los importes en la factura; las aplicaciones que tienen como base la identificación del cliente o las ofertas de publicidad personalizadas.
En Orange están apostando fuerte por las aplicaciones de televisión en el móvil y promocionan su Orange TV Player. A la vez se mantienen en su política de recomendar en un zona de su página web ofertas especificas para ser utilizadas en los terminales Iphone, Blalckberry o con Android.
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