La compañía planea la construcción de hasta 365.760 metros cuadrados y quiere levantar puentes que unan sus diferentes sedes, una medida a la que el consejo regional se niega por cruzarse caminos federales.
La empresa liderada por Larry Page ha confirmado que quiere derribar algunos de sus edificios para reemplazarlos por otros e instalar nuevas oficinas, lugares de ocio y alojamiento corpotativo. Sin embargo, los planes del gigante podrían verse interrumpidos por los mandatarios de la región. “No podemos desarrollar tanto como quiere Google”, ha afirmado la concejal Laura Macías.
Desde que Google aterrizó en Mountain View en 1999, la relación entre la región y la compañía ha sido amable. La ciudad embolsa en torno a 9,5 millones de dólares anuales en impuestos por parte de Google más 6,6 millones de dólares por otras propiedades alquiladas por la compañía.
Los precios de las viviendas de la zona también crecieron desde el desembarco de Google y los ciudadabos ven cómo los restaurantes de la zona se llenan. Y es que de los 29.000 empleados, 10.000 trabajan en la región. Además la compañía ofrece internet inalámbrico gratuito a los 75.000 residentes de la ciudad y se ha comprometido a donar un millón de dólares para financiar escuelas locales.
Pero los nuevos planes de expansión no convencen demasiado a los poderes públicos y podría inaugurarse el inicio en el cambio de las relaciones, recoge The Wall Street Journal.
Google no es la única compañía a la que se le quedan pequeñas sus instalaciones. Apple anunció recientemente un ambicioso proyecto que prevé la construcción de una nueva sede en forma de anillo gigantesco.
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