Intel está añadiendo nuevos sensores a sus chips para servidores que ayuden a las empresas a mejorar la eficiencia de los sistemas de refriegeración de los centros de datos. Con estos sensores se pretende no sólo reducir los costes operativos, sino prolongar la vida del equipamiento.
Intel añadirá sensores que medirán la temperatura externa e interna de los servidores y también la del aire que pasa a través de los sistemas.
Los datos que sean tomados por todos estos sensores estarán disponibles para herramientas que se utilicen para establecer modelos de flujo de aire y enfriamiento en los centros de datos, ofreciendo información sobre los puntos calientes. Además, ofrecerán simulaciones que mostrarán dónde colocar el equipamiento TI para conseguir la mayor eficiencia.
Desde Intel explican que los sistemas de refrigeración se configuran cuidadosamente para ofrecer la cantidad correcta de aire que se necesita para enfriar un centro de datos, pero que cuando se instala definitivamente los patrones de flujo de aire se pueden ver alterados. Algunos centros de datos instalan sensores inalámbricos para ayudar a controlar el flujo de aire, pero pueden ser caros de instalar.
ITespresso
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