Como si se tratase de rellenar la estructura de un edificio con ladrillos, tuberías, ventanas o radiadores, un equipo de investigadores del hospital Gregorio Marañón de Madrid trabaja para construir órganos artificiales sobre una especie de andamio biológico, en el cual los científicos siembran las células que convertirán un esqueleto inerte en un corazón capaz de latir en el pecho de un enfermo que necesite un trasplante. El grupo, dirigido por Francisco Fernández-Avilés, presentó ayer sus avances en el Simposio de Terapia con Células Madre e Innovaciones Cardiovasculares, que se celebra en Madrid.
El Laboratorio de Órganos Bioartificiales del centro madrileño trabaja sobre una técnica desarrollada por el Centro de Reparación Cardiaca de la Universidad de Minne-sota (EEUU), consistente en tomar un corazón, descelularizarlo (vaciarlo de sus propias células) y luego rellenarlo con células madre del paciente para que estas regeneren el músculo cardiaco.
En este proceso, Fernández-Avilés confirmó ayer que se ha superado el paso del vaciado y que se experimenta con la repoblación celular. "Ahora debemos asegurarnos de que es inerte y biocompatible", dijo. El Gregorio Marañón experimenta la técnica también con hígados, añadió el experto.
Fernández-Avilés reconoció que el hecho de que, según se ha mostrado recientemente, las células madre propias puedan causar rechazo supone un problema. No obstante, dijo que la terapia celular es "una línea esperanzadora", sobre todo para pacientes con órganos muy dañados, informa Efe.
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El Laboratorio de Órganos Bioartificiales del centro madrileño trabaja sobre una técnica desarrollada por el Centro de Reparación Cardiaca de la Universidad de Minne-sota (EEUU), consistente en tomar un corazón, descelularizarlo (vaciarlo de sus propias células) y luego rellenarlo con células madre del paciente para que estas regeneren el músculo cardiaco.
En este proceso, Fernández-Avilés confirmó ayer que se ha superado el paso del vaciado y que se experimenta con la repoblación celular. "Ahora debemos asegurarnos de que es inerte y biocompatible", dijo. El Gregorio Marañón experimenta la técnica también con hígados, añadió el experto.
Fernández-Avilés reconoció que el hecho de que, según se ha mostrado recientemente, las células madre propias puedan causar rechazo supone un problema. No obstante, dijo que la terapia celular es "una línea esperanzadora", sobre todo para pacientes con órganos muy dañados, informa Efe.
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