No nos cansamos de repetirlo; la llegada de Internet y las redes sociales ha permitido agudizar el ingenio de los profesionales de marketing, popularizando todo tipo de acciones que llaman la atención. Particularmente estos días hay una web que ha despertado el revuelo y la curiosidad entre miles de personas: la web más exclusiva del mundo.
O al menos, así es como se define, tal y como explican los blogs Neatorama y Mangas Verdes, porque el usuario que desee acceder a ella y a las diferentes secciones que alberga debe cumplir una serie de exigentes requisitos, todos relacionados con su cuenta en Twitter. A saber:
1. Para entrar por primera vez a la misteriosa página, la persona que lo intente debe tener una cuenta de Twitter «verificada», una funcionalidad que el sistema de microblogging ofrece especialmente a personajes famosos y celebridades, con el objetivo de acreditar su autenticidad.
2. A partir de ahí, una vez dentro, el usuario podrá seguir avanzando y descubriendo nuevas pantallas de esta web en función de su número de seguidores (followers): 5.000 para la segunda pantalla, 25.000 para la tercera, 100.000 para la cuarta, medio millón para la quinta, un millón para la sexta y... sólo los elegidos que tengan cinco millones, podrán abrir «la séptima puerta de este exclusivo rincón de la web».
Cuentan las malas lenguas digitales que el popular presentador de televisión Ryan Seacrest logró desbloquear cada sección y se preocupó de realizar incluso capturas de pantalla. Desde Bitacoras.com somos un poquito más escépticos y por eso lanzamos un guante a un personaje más cercano como Berto Romero, incansable tuitero con casi 300.000 followers que garantizan que al menos podrá alcanzar la mitad del recorrido.
Entre tanto, seguiremos pensando que la página es más bien una ingeniosa acción publicitaria, ya que la mayoría de mortales que traten de identificarse en ella y no cumplan con los requisitos acabarán siendo redirigidos a un portal comercial cuyo nombre no desvelaremos, al menos hasta que Berto confirme nuestras sospechas.
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