A medida que se acerca a su adiós definitivo, previsto para el 30 de septiembre, la vida científica en el mayor acelerador de partículas de EEUU gana algo de dramatismo cada día. Por si no fuera poco tener que cerrar el Tevatron por falta de fondos, los dos principales equipos científicos que lo usan llevan meses enzarzados en una discusión sobre la existencia de una partícula desconocida que pondría patas arriba los modelos teóricos actuales.
El Tevatron hace chocar materia y antimateria en forma de protones y antiprotones a velocidades cercanas a la de la luz, en busca de diminutos componentes de la materia nunca observados, como el bosón de Higgs, la partícula de Dios, que aportaría masa al resto de componentes elementales de un átomo. En lugar de eso, los investigadores del CDF, uno de los dos detectores que analizan los choques en el Tevatron, anunciaron en abril la aparición de una partícula "alternativa". No era el Higgs, pero su existencia obligaba a reescribir las teorías físicas más aceptadas, que no contaban con su existencia.
Pero, tras dos meses de análisis, el experimento rival del CDF, el DZero, ha llegado a la conclusión de que lo que vieron sus compañeros no es más que un error estadístico. "Es extremadamente improbable que exista esa partícula, creo que está muy cerca de estar muerta", señala Stefan Söldner Rembold, portavoz del DZero. Su equipo, que repasó los datos del CDF, señala en un estudio publicado en arxiv.org que, con un margen de error de uno entre 100.000, la partícula no existe. Es la misma probabilidad que manejaba el CDF al anunciar su descubrimiento en el mismo sitio web. "Probablemente no exista", reconoce el físico español Alberto Ruiz, que trabaja en el CDF. Señala que, tras la discrepancia, los dos equipos formarán un grupo de estudio para acercar posturas y buscar el origen de la divergencia, que puede deberse a que cada detector está usando modelos teóricos distintos.
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El Tevatron hace chocar materia y antimateria en forma de protones y antiprotones a velocidades cercanas a la de la luz, en busca de diminutos componentes de la materia nunca observados, como el bosón de Higgs, la partícula de Dios, que aportaría masa al resto de componentes elementales de un átomo. En lugar de eso, los investigadores del CDF, uno de los dos detectores que analizan los choques en el Tevatron, anunciaron en abril la aparición de una partícula "alternativa". No era el Higgs, pero su existencia obligaba a reescribir las teorías físicas más aceptadas, que no contaban con su existencia.
Pero, tras dos meses de análisis, el experimento rival del CDF, el DZero, ha llegado a la conclusión de que lo que vieron sus compañeros no es más que un error estadístico. "Es extremadamente improbable que exista esa partícula, creo que está muy cerca de estar muerta", señala Stefan Söldner Rembold, portavoz del DZero. Su equipo, que repasó los datos del CDF, señala en un estudio publicado en arxiv.org que, con un margen de error de uno entre 100.000, la partícula no existe. Es la misma probabilidad que manejaba el CDF al anunciar su descubrimiento en el mismo sitio web. "Probablemente no exista", reconoce el físico español Alberto Ruiz, que trabaja en el CDF. Señala que, tras la discrepancia, los dos equipos formarán un grupo de estudio para acercar posturas y buscar el origen de la divergencia, que puede deberse a que cada detector está usando modelos teóricos distintos.
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