Entre las mentiras más repetidas, están las excusas para romper una relación, las frases maternales que escuchábamos en la infancia, las disculpas por un suspenso o esas promesas que nos hacemos a nosotros mismos y que nunca cumplimos:
Entiendo perfectamente lo que me estás diciendo
No eres tú, soy yo
A ver si quedamos
He leído y acepto las condiciones de uso
Suspendí el examen porque me puse muy nerviosa
El plátano está negro pero por dentro está buenísimo
No te va a doler
El lunes empiezo
Te perdono
Libertad Digital
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