La primera película pornográfica en tres dimensiones, que se estrena comercialmente el jueves 14 de abril, se ha convertido en un fenómeno de masas en China.
Como Sexo y Zen: Éxtasis extremo, que se presenta como el filme para adultos pionero en este formato, solo podrá verse en 3D en las salas de Hong Kong y Taiwan, varias agencias del gigante asiático han organizado viajes con ese único objetivo. De hecho, la semana pasada se habían vendido por anticipado miles de entradas.
El éxito de la première fue tal que siete cines del centro de Hong Kong han anunciado que exhibirán simultáneamente esta película, remake de Sexo y Zen (1991), inspirada a su vez en La alfombrilla de los goces y los rezos (de la editorial La sonrisa vertical), un libro de Li Yu, autor del siglo XVII perseguido por la censura a lo largo de la historia. Del filme, producido por Stephen Shiu, empezó a hablarse en el lejano 2008, lo cual da una idea del fervor con la que está siendo acogida tres años después.
A pesar de incluir escenas eróticas, sus impulsores, que han invertido en ella casi cinco millones de euros, sostienen que no es una obra grosera y vulgar, de porno duro. Más bien se trataría de una muestra de un género alternativo, elegante y sofisticado, poco explotado hasta ahora, aunque compañías especializadas como Playboy hayan hecho ya algunas incursiones en el 3D.
Además, esta no es la primera ocasión en la que los espectadores chinos van de excursión cinematográfica a Hong Kong y Taiwan para ver películas censuradas en su país. En 2007 sucedió algo similar con la extensa y tórrida Deseo, peligro, de Ang Lee.
La Vanguardia
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