Intel puede presumir de que el complicado entorno económico no le ha afectado. Este jueves, el primer fabricante de procesadores del mundo presentó unos resultados récord. Para el conjunto del año, su beneficio neto fue de 11.672 millones de dólares (8.764 millones de euros), nada menos que un 167% más que en 2009, y su facturación sumó 43.623 millones de dólares, un 24% más. Y, todo ello, tras cerrar un cuarto trimestre con ingresos de 11.460 millones (un 8,4% más) y unas ganancias de 3.390 millones, un 48,4% más. Las mayores acumuladas por la empresa en tres meses.
Con estas cifras en la mano, el consejero delegado de Intel, Paul Otellini, no dudó un instante en calificar a 2010 "como el mejor año en la historia de Intel". E incluso avanzó que cree que "2011 será aún mejor". Unas palabras que, sin duda, pretendían acallar las voces de quienes cuestionan la estrategia de la compañía, que ha perdido un gran terreno en el mercado de los procesadores para dispositivos móviles, sobre todo smartphones y tablets.
Desde luego, las cuentas de Intel son excepcionales, y resultan más estimulantes al ser considerarlas un barómetro de cómo va toda la industria TIC (y parece que remonta). Pero, si se hace una lectura más detallada de las mismas, éstas esconden ciertas debilidades del gigante de los chips, de las que Otellini no ha querido hablar mucho.
Por ejemplo, los ingresos relacionados con los chips para el mercado de ordenadores personales -donde Intel es el rey- se mantuvieron planos en el último trimestre, mientras los ligados al negocio de servidores mejoraron considerablemente, con un crecimiento del 15% respecto al tercer trimestre y un 35% interanual.
Esto indica varias cosas. Por un lado, el buen comportamiento del sector empresarial frente a una débil demanda del mercado de consumo. Pero, por otro, que la demanda de PC está siendo socavada por nuevos dispositivos como los tablets, liderados por el iPad de Apple. Un negocio donde Intel no está nada bien posicionado.
Aunque Otellini y otros ejecutivos de Intel han restado importancia al fenómeno y niegan la idea de que las ventas de tablets estén canibalizando las de portátiles "porque son productos para distintos usos", lo cierto es que este martes, las consultoras Gartner e IDC lo confirmaron: las ventas de PC en el último trimestre habían sido menores de lo esperado (habían crecido solo un 2,7% frente al pronóstico previo del 5,5%, según IDC), y todo por el llamado efecto tableta. Si a ello se añade que la previsión de algunos analistas es que la venta de los tablets se multiplicará por tres este año, las cosas se ponen más feas para el gigante de los chips, que hace unos días asistió, además, a como Microsoft, su viejo socio en el negocio de los PC, anunciaba que su nueva versión de Windows para tabletas estará basada en procesadores ARM, dándole la espalda a Intel.
Competidores en movilidad
Otellini debe vigilar la evolución de rivales cada vez más fuertes como Qualcomm, Texas Instruments y Nvidia (con la que esta semana selló un acuerdo por el que le pagará 1.500 millones de dólares para zanjar un litigio y poder utilizar sus patentes). Precisamente, las acciones de Nvidia se dispararon este miércoles un 15%, mostrando así que los inversores confían en los chips de esta compañía para los futuros tablets y smartphones.
Esta pérdida de terreno de Intel en movilidad no ha sido muy penalizada en Bolsa (el viernes cayó un 0,99%, pero en 2010 subió un 6,2%). Y es que la firma prevé aumentar sus ingresos un 10% este año, gracias a la mejora de la economía mundial, a un mercado más amplio sobre el que actuar y a una cartera de productos mejorada. Intel anunció que aumentará un 73% su inversión (hasta 9.000 millones) en nuevas fábricas y equipos.
Sin duda, Intel está aumentando sus esfuerzos para posicionar sus chips este año en tablet y móviles, mientras se beneficia también de otra tendencia: el aluvión de contenidos en internet sigue impulsando la creación de más centros de datos y la compra de más servidores, lo que seguirá subiendo el precio medio de sus ventas. Quizás una de sus principales apuestas son sus nuevos procesadores Sandy Bridge, que, según Otellini, han sido elegidos para ser utilizados por 500 nuevos modelos de PC.
Cinco Dias
Con estas cifras en la mano, el consejero delegado de Intel, Paul Otellini, no dudó un instante en calificar a 2010 "como el mejor año en la historia de Intel". E incluso avanzó que cree que "2011 será aún mejor". Unas palabras que, sin duda, pretendían acallar las voces de quienes cuestionan la estrategia de la compañía, que ha perdido un gran terreno en el mercado de los procesadores para dispositivos móviles, sobre todo smartphones y tablets.
Desde luego, las cuentas de Intel son excepcionales, y resultan más estimulantes al ser considerarlas un barómetro de cómo va toda la industria TIC (y parece que remonta). Pero, si se hace una lectura más detallada de las mismas, éstas esconden ciertas debilidades del gigante de los chips, de las que Otellini no ha querido hablar mucho.
Por ejemplo, los ingresos relacionados con los chips para el mercado de ordenadores personales -donde Intel es el rey- se mantuvieron planos en el último trimestre, mientras los ligados al negocio de servidores mejoraron considerablemente, con un crecimiento del 15% respecto al tercer trimestre y un 35% interanual.
Esto indica varias cosas. Por un lado, el buen comportamiento del sector empresarial frente a una débil demanda del mercado de consumo. Pero, por otro, que la demanda de PC está siendo socavada por nuevos dispositivos como los tablets, liderados por el iPad de Apple. Un negocio donde Intel no está nada bien posicionado.
Aunque Otellini y otros ejecutivos de Intel han restado importancia al fenómeno y niegan la idea de que las ventas de tablets estén canibalizando las de portátiles "porque son productos para distintos usos", lo cierto es que este martes, las consultoras Gartner e IDC lo confirmaron: las ventas de PC en el último trimestre habían sido menores de lo esperado (habían crecido solo un 2,7% frente al pronóstico previo del 5,5%, según IDC), y todo por el llamado efecto tableta. Si a ello se añade que la previsión de algunos analistas es que la venta de los tablets se multiplicará por tres este año, las cosas se ponen más feas para el gigante de los chips, que hace unos días asistió, además, a como Microsoft, su viejo socio en el negocio de los PC, anunciaba que su nueva versión de Windows para tabletas estará basada en procesadores ARM, dándole la espalda a Intel.
Competidores en movilidad
Otellini debe vigilar la evolución de rivales cada vez más fuertes como Qualcomm, Texas Instruments y Nvidia (con la que esta semana selló un acuerdo por el que le pagará 1.500 millones de dólares para zanjar un litigio y poder utilizar sus patentes). Precisamente, las acciones de Nvidia se dispararon este miércoles un 15%, mostrando así que los inversores confían en los chips de esta compañía para los futuros tablets y smartphones.
Esta pérdida de terreno de Intel en movilidad no ha sido muy penalizada en Bolsa (el viernes cayó un 0,99%, pero en 2010 subió un 6,2%). Y es que la firma prevé aumentar sus ingresos un 10% este año, gracias a la mejora de la economía mundial, a un mercado más amplio sobre el que actuar y a una cartera de productos mejorada. Intel anunció que aumentará un 73% su inversión (hasta 9.000 millones) en nuevas fábricas y equipos.
Sin duda, Intel está aumentando sus esfuerzos para posicionar sus chips este año en tablet y móviles, mientras se beneficia también de otra tendencia: el aluvión de contenidos en internet sigue impulsando la creación de más centros de datos y la compra de más servidores, lo que seguirá subiendo el precio medio de sus ventas. Quizás una de sus principales apuestas son sus nuevos procesadores Sandy Bridge, que, según Otellini, han sido elegidos para ser utilizados por 500 nuevos modelos de PC.
Cinco Dias
No hay comentarios:
Publicar un comentario