Muchas personas que salen a correr se colocan auriculares y escuchan música para distraerse de la severidad que supone esa actividad. ¿Pero los Black Eyed Peas o Rihanna podrían distraerlos tanto hasta el punto de encontrarse corriendo en medio del tránsito?
Esa es la teoría de diversos legisladores que están promocionando la más reciente generación de leyes relacionadas con la forma en la cual los dispositivos, como los reproductores de música y los teléfonos celulares, afectan la seguridad en el tránsito. La ubicuidad de los dispositivos interactivos ha impulsado la ciencia de la distracción (y, ahora, los esfuerzos para legislar en su contra) fuera del automóvil y hacia la rutina de ejercicios.
En Nueva York, hay un proyecto de ley pendiente en el comité de transporte de la legislatura que prohibiría el uso de teléfonos móviles, reproductores de MP3 u otros dispositivos electrónicos mientras se cruza la calle. Asimismo, el alcance de la norma incluiría a los corredores y otras personas que hacen ejercicios.
La legislación que se encuentra pendiente de aprobación en Oregón restringiría el uso de teléfonos móviles y de reproductores de música por parte de los ciclistas y un proyecto de ley en Virginia les prohibiría utilizar un "dispositivo de comunicación de mano".
En California, el senador estatal Joe Simitian , quien lideró una exitosa lucha destinada a impedir el envío de mensajes de texto por parte de los automovilistas y el uso de teléfonos de mano, ha vuelto a presentar un proyecto de ley que fracasó el año anterior y que propone multar a los ciclistas con 20 dólares estadounidenses por realizar diversas tareas a la vez.
"Antes, el tema era conducir distraído, pero ahora eso está cambiando, está moviéndose hacia otros entornos cotidianos , en los cuales la tecnología te puede distraer", dijo Anne Teigen, una especialista en política de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, quien sigue de cerca el desarrollo legislativo.
Haciendo ejercicio en Central Park, Marie Wickham, de 56 años, dijo que entendió de qué se trataba todo. "Están moviéndose en zig zag; no saben lo que hay a su alrededor. Eso definitivamente puede ser peligroso".
Pero Wickham agregó que se opondría a toda prohibición de dichos dispositivos. "Creo que es una violación de los derechos personales", dijo. "En cierto punto, necesitamos responsabilizarnos por nuestra propia estupidez".
La cifra de peatones que han sido víctima de accidentes se incrementó levemente por primera vez en cuatro años, durante los primeros seis meses de 2010, según un informe dado a conocer la semana última por la Asociación de Gobernadores para la Seguridad en Carreteras, una organización con base en Washington que representa a las oficinas estatales de seguridad en carreteras.
Entre los estados, Arizona y Florida exhibieron los incrementos más importantes en muertes de peatones, seguidos por Carolina del Norte, Oregón y Oklahoma. Asimismo, el informe establecía que, en el ámbito nacional, las muertes de peatones en accidentes de tránsito se habían reducido a 4091, en el año 2009, de 4892, en el año 2005.
"Una de las razones por las que pensamos que la tendencia puede estar tornándose negativa se debe a los peatones distraídos", dijo Jonathan Adkins, un vocero del grupo de seguridad.
El proyecto de ley de Nueva York fue propuesto por el senador estatal Carl Kruger, un demócrata de Brooklyn que cada vez está más preocupado por las distracciones que ve en las calles de su barrio y en toda la ciudad de Nueva York. Desde el mes de septiembre, en que Kruger redactó el proyecto, han muerto tres peatones y uno resultó gravemente herido mientras cruzaba la calle escuchando música con auriculares.
"Desde pequeños, se nos enseña a mirar en ambas direcciones, a esperar, a escuchar y luego cruzar", dijo. "No se puede realizar ninguna de estas funciones si se está ocupado en alguna clase de actividad que involucre estar conectado a algo".
Hal Pashler, un profesor de ciencia cognitiva de la Universidad de California, en San Diego, afirmó que escuchar sonidos a través de dos auriculares crea una clase particularmente poderosa de "máscara auditiva" que ahoga los sonidos externos e impide que la persona pueda escuchar algo más, por ejemplo, el tránsito.
Tal como está expresada, la propuesta de Kruger, que fue presentada en el año 2007, solamente se aplicaría a las ciudades de un millón o más de habitantes. Pero a Kruger le gustaría expandir el proyecto de ley para cubrir incluso las ciudades más pequeñas. Quienes infrinjan la ley se enfrentarían a citaciones civiles y a una multa de 100 dólares.
"Esto no es interferencia del gobierno", expresó. "Esto es como decir: 'Estás haciendo algo que podría ir en detrimento de ti mismo y de quienes te rodean'".
Pero algunas personas que practican deportes al aire libre y que dependen de la música para estimularse consideran que las propuestas son poco más que una distracción para los funcionarios que deben hacer cumplir la ley. "Apresar a quien corre y tiene los auriculares puestos en vez de apresar al conductor que ha estado bebiendo en el bar local suena como lo más cómodo de hacer", expresó John Wiant, de 43 años, quien sale a correr, en Newport Beach, California.
Por otro lado, en Arkansas, una avalancha de críticas ocasionó que un legislador retirara una propuesta por la cual se hubiera prohibido a los peatones usar auriculares en ambas orejas. Otros legisladores han tratado de lograr el justo equilibrio entre la seguridad pública y la gravedad de la infracción.
En California, Simitian está proponiendo una multa de 20 dólares para los ciclistas que envíen mensajes de texto y un incremento de 30 dólares en la multa existente por hacer la misma actividad mientras se conduce un automóvil, una diferencia que, señaló, refleja el riesgo relativo que presenta el comportamiento para terceros.
"En cierto punto", dijo, "simplemente tienes que confiar en el buen criterio de la gente en la vida diaria".
Simitian agregó que él considera que los esfuerzos por legislar contra la distracción fuera del automóvil podrían opacar la seriedad de las duras campañas y leyes destinadas a poner un freno a quienes conducen distraídos.
"¿Hay un problema con los peatones distraídos? Yo sería el primero en saberlo", dijo. Pero, agregó: "Corresponde distinguir entre los alrededor de 1800 kilogramos de acero y vidrio que podrían caer encima tuyo y un peatón que bien puede ponerse en riesgo pero que probablemente represente un riesgo menor para la gente en general".
Andrew Keh, Ian Lovett y Evin Demirel contribuyeron con el informe.
La Nacion
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