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2011/01/19

Google se cuela en Irán

El Departamento del Tesoro de EEUU anunció en marzo del año pasado que, tras más de 25 años de políticas restrictivas con las exportaciones a Irán, Cuba y Sudán, permitiría a las empresas de tecnología comercializar servicios de internet en estos países. Google anunciará hoy que, tras un año de trabajo, lanzará en Irán su servicio de mapas Earth, el gestor de fotografías Picasa y el navegador Chrome. La compañía ya ofrecía en Irán algunos de sus servicios como la búsqueda, el correo electrónico Gmail o la herramienta de blogs Blogger. El problema surgía en el momento de habilitar programas gratuitos que funcionan a través de descarga, ya que la licencia de exportación exigía unos requisitos especiales. "En este momento sólo tenemos permiso para Irán", añade el director europeo de Políticas Públicas de Google, Scott Rubin. EEUU impone condiciones diferenciadas para estos tres países y, según añade la propia compañía, sólo ha podido cumplir los requisitos estipulados para el régimen iraní. "Por ahora, no podemos desvelar los planes para el resto", añade.
Google insiste en que su misión es "crear vínculos entre la gente a través de la información" y describe este lanzamiento como "un paso adelante para la libertad de expresión en Irán". Pero este país tampoco supone un negocio desdeñable. Irán cuenta con 23 millones de internautas que desde hoy podrán descargar estos tres servicios. A cambio, la compañía puede enfrentarse a problemas con el Gobierno iraní. El país ha sido catalogado como uno de los 12 "enemigos de internet" para Reporteros Sin Fronteras. Según el consejero del fiscal general de Teherán, las autoridades bloquearon en 2008 cinco millones de sitios web. Rubin matiza que "en Irán los internautas no tenían los mismos derechos y, en este caso, no era por las decisiones del Gobierno iraní sino por las restricciones que imponía EEUU".
Earth, Picasa y Chrome no son los productos que más quebraderos de cabezan han causado a la compañía. YouTube, su servicio de visualización y alojamiento de vídeos, está bloqueado en Irán desde junio de 2009, tras las polémicas elecciones del país, cuando las redes sociales consiguieron burlar la censura que se aplicaba sobre otro tipo de comunicaciones. El correo electrónico Gmail corrió la misma suerte en febrero de 2010. Según el último estudio de Reporteros sin Fronteras, desde 2003 el Gobierno ya disponía de una comisión destinada a elaborar una lista negra de los sitios de internet considerados ilegales. Una fiscalía general, compuesta por un equipo de especialistas informáticos, decide cómo aplicar la censura.

Filtrado por IP

El único requisito que la Administración de Barack Obama ha exigido a Google es que bloquee el acceso a estos productos a cualquier dirección IP (el número que identifica a un ordenador en internet) asociada al Gobierno iraní. "Este tipo de condiciones garantiza que las instituciones iraníes no accedan a las cuentas de usuarios mediante hackeos", añaden fuentes de Google.
Un incidente relacionado con los hackeos fue el que originó el conflicto entre la compañía y el Gobierno chino, que se saldó con el desvío de las búsquedas al portal en Hong Kong para evitar así la censura. Ante la posibilidad de un hackeo a los servidores de Google por parte de Irán para obtener información de activistas y disidentes con el Gobierno del presidente Mahmud Ahmadineyad, la compañía parece haber aprendido la lección de China. "No tenemos servidores en Irán", replica rápidamente Rubin, que añade que en el país asiático ya no cuentan con servidores que almacenen datos de los usuarios.
Cuando se pregunta por una posible censura a corto plazo de estos servicios (como en el caso de las fotografías alojadas en Picasa), Rubin explica que su compañía es consciente de que el Gobierno podría bloquear los servicios lanzados hoy. "Esperamos que esto no pase. Con Earth, por ejemplo, los iraníes pueden acceder al Museo del Prado de forma virtual". Pero la compañía quiere dejar claro que no facilitará datos de los usuarios a los gobiernos ("sólo lo haremos bajo requerimiento judicial") e insiste en que no habrá autocensura, que en China fue un "requisito legal no negociable" aplicado durante cuatro años en los resultados de búsqueda que se mostraban en el país.
Durante años, Google argumentó que era mejor eliminar algunos términos que privar del servicio completo a los internautas, una explicación que abandonó con su salida del país asiático y que no ha vuelto a mantener en ningún otro: "Nosotros no vamos a imponer ninguna restricción. Lo que haga el Gobierno iraní ya es algo que no podemos controlar". El informe de RSF destaca que en 2009 el comandante de las "fuerzas especiales de seguridad moral" de Irán declaró como una de sus responsabilidades "el reconocimiento de los sitios prohibidos de internet y la detención de los internautas que los consultan". "No podemos garantizar que el Gobierno de Irán no observe las comunicaciones que realizan sus ciudadanos a través de nuestros productos. Hacemos los servicios lo más seguros posibles, pero ese tema ya no depende de nosotros", explica Rubin.
Google aglutina una ingente cantidad de peticiones de retirada de información online en sus servicios, y varios de sus productos están bloqueados de forma permanente o cíclica en varios países. El pasado septiembre, con el fin de hacer pública esta información, la compañía lanzó Transparency Report, una herramienta para comprobar cuándo los gobiernos bloquean sus productos, y las peticiones en las que estos o los tribunales solicitan la retirada de una web o información sobre los usuarios.

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