Un equipo internacional ha encontrado que las mujeres que adoptan una actitud agresiva similar a la de muchos hombres, a menudo tienen menos probabilidades de triunfar en la vida laboral que aquellas que exhiben rasgos más femeninos. Sin embargo, si intentan adaptarse a lo habitual, la promoción les llegará tarde o temprano.
Estos hallazgos se corresponden con previos estudios, según los cuales las mujeres que exudan autoconfianza, seguridad y otras características ligadas a la administración exitosa pueden ser esquinadas en el trabajo, a favor de prototipos más mansos, según el periódico británico ''Daily Mail ''.
Se suele considerar que tales rasgos, altamente estimados en los hombres, demeritan a las féminas, haciéndolas menos agradables, según los investigadores.
La Dra. Olivia O’ Neill, de la Universidad George Mason en Virginia, en EEUU, lideró el estudio, a propósito del cual dijo: “Si se comportan de una manera que se apegue al estereotipo masculino, las mujeres pueden dañar sus posibilidades de promoción, aunque estos rasgos sean sinónimos de personas exitosas en los cargos.”
Como parte del estudio, los investigadores preguntaron a 80 hombres jóvenes y mujeres acerca de su personalidad, mientras estos cursaban posgrados en administración empresarial.
Ocho años más tarde, los expertos retomaron contacto con los individuos analizados, entre los cuales detectaron que las mujeres que habían asumido una actitud más agresiva recibieron menos oportunidades de promoción que las “mansas”.
Las mujeres mandonas que hicieron un esfuerzo consciente por no parecer amenazadoras tuvieron mejores resultados, que las que decidieron perseverar en su enfoque agresivo.
Algunas habían sido promovidas cinco veces, otras apenas una o dos veces.
La conciencia sobre sus propias capacidades -- o la carencia de ella – no afectó las carreras de los hombres, según los resultados publicados en un diario de la Sociedad Psicológica Británica.
Pueblo en Línea
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