Una fotografía aérea, tomada meses antes de que el gigantesco depósito de Kolontar derramara toneladas de lodo tóxico la semana pasada en Hungría, revela que la balsa ya vertía un fino reguero de lodo semanas antes de la catástrofe. Una evidencia más que apunta a que los inspectores que revisaron la instalación no observaron adecuadamente los signos de peligro.
La policía está examinando la imagen como parte de una investigación sobre cómo pudo romperse parte de la pared que contenía los 350 millones de pies cúbicos de mezcla cáustica, sin que se detectaran deficiencias previas, por el equipo de inspectores de la agencia ambiental del Gobierno que había inspeccionado el contenedor del estanque menos de dos semanas antes del derrame.
El encargado de la investigación, Gyorgy Bakondi, ha asegurado que las inspecciones estaban bajo investigación, incluidas los apuntes de los inspectores de medio ambiente de que "se ha encontrado todo en orden".
A medida que la investigación policial avanza, las autoridades judiciales han programado una comparecencia ante el tribunal de Zoltan Bakony, el director gerente de la empresa propietaria del yacimiento, para decidir si debe ser acusado formalmente. En caso de que finalmente sea así, deberá permanecer bajo custodia.
La foto muestra una aparente filtración del lodo rojo en la pared norte del depósito; la misma pared que se derrumbó parcialmente hace ocho días. La imagen ha sido tomada por InterSpect, una compañía húngara que invierte parte de sus beneficios en proyectos medioambientales, tales como tomar fotos de lugares peligrosos para el medio ambiente.
El director de InterSpect, Gabor Bako, ha apuntado a que la fotografía fue tomada el 11 de junio, casi cuatro meses antes del derrame. Además, señaló que la compañía envió la imagen a universidades y grupos ecologistas, "pero no se adoptaron más medidas en el asunto" hasta que la pared se derrumbó y el líqudo cáustico inundó tres pueblos al oeste de Hungría, antes de ser transportado por vías fluviales hasta el río Danubio.
La policía está examinando la imagen como parte de una investigación sobre cómo pudo romperse parte de la pared que contenía los 350 millones de pies cúbicos de mezcla cáustica, sin que se detectaran deficiencias previas, por el equipo de inspectores de la agencia ambiental del Gobierno que había inspeccionado el contenedor del estanque menos de dos semanas antes del derrame.
El encargado de la investigación, Gyorgy Bakondi, ha asegurado que las inspecciones estaban bajo investigación, incluidas los apuntes de los inspectores de medio ambiente de que "se ha encontrado todo en orden".
A medida que la investigación policial avanza, las autoridades judiciales han programado una comparecencia ante el tribunal de Zoltan Bakony, el director gerente de la empresa propietaria del yacimiento, para decidir si debe ser acusado formalmente. En caso de que finalmente sea así, deberá permanecer bajo custodia.
La foto muestra una aparente filtración del lodo rojo en la pared norte del depósito; la misma pared que se derrumbó parcialmente hace ocho días. La imagen ha sido tomada por InterSpect, una compañía húngara que invierte parte de sus beneficios en proyectos medioambientales, tales como tomar fotos de lugares peligrosos para el medio ambiente.
El director de InterSpect, Gabor Bako, ha apuntado a que la fotografía fue tomada el 11 de junio, casi cuatro meses antes del derrame. Además, señaló que la compañía envió la imagen a universidades y grupos ecologistas, "pero no se adoptaron más medidas en el asunto" hasta que la pared se derrumbó y el líqudo cáustico inundó tres pueblos al oeste de Hungría, antes de ser transportado por vías fluviales hasta el río Danubio.
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