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En el seno de Microsoft alguna vez se planteó la posibilidad de incluir un microprocesador independiente en su sensor mediante control por movimientos para Xbox 360, Kinect. Aunque finalmente los ingenieros del proyecto decidieron no añadirlo sencillamente porque no consideraron que fuese realmente necesario ya que la potencia y los recursos de los que debían aprovecharse no eran tan cuantiosos como para que la experiencia se resintiese a nivel gráfico.
“No sabíamos cuánto procesamiento iba a tomar Kinect cuando comenzamos su desarrollo”, explicaba Kudo Tsunoda, ejecutivo de Microsoft, a la revista Xbox World 360. “Obviamente, no quieres perder nada que sea importante para los consumidores de Xbox. La fidelidad gráfica es algo por lo que Xbox siempre ha sido conocida, y quieres estar seguro de que seguirás estando a la altura en este sentido. Forza es un ejemplo gráfico, y tuvimos Forza con Kinect en el E3. Los gráficos han sido mejorados en algunas áreas con respecto a lo visto en Forza 3”, explicaba Tsunoda.
De este modo, la postura de la compañía de Redmond quedaba bien clara. “No había necesidad de tener este procesador extra”. Estas declaraciones suponen la réplica a los rumores surgidos el pasado mes de enero los cuales afirmaban que dicho procesador extra había sido desechado por Microsoft para abaratar el precio del producto en tiendas. Kinect llegará a España el próximo 10 de noviembre en exclusiva para Xbox 360.
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