Los propietarios estadounidenses del Liverpool, Tom Hicks y George Gillett, consiguieron poner una nueva piedra en el camino de la venta del equipo a los dueños de los Medias Rojas de Boston.
Hicks y Gillet consiguieron que un tribunal de Texas (EE.UU.) impusiera una orden de restricción a la transferencia, que sin embargo ya fue aprobada por la junta directiva del equipo británico en contra de la voluntad de los dueños.Según Robert Peston, editor de deportes de la BBC, aunque la corte tejana carece de competencias en el Reino Unido, no parece factible que los compradores, los estadounidenses de New England Sports Ventures (NESV) se atrevan a desafiar al órgano.
Sin embargo, si NESV consigue que el juzgado estadounidense levante esta nueva traba legal, la compañía podría ejecutar la adquisición del Liverpool en cuestión de horas.
Operación aprobada en el Reino Unido
Poco antes de que Hicks y Gillett revelaran la resolución judicial estadounidense, un tribunal en el Reino Unido había fallado en su contra en su intento de frenar la venta.Los propietarios del equipo habían intentado despedir a la junta directiva que aprobó la operación con NESV, pero la justicia británica impidió que consumaran la medida.
El director del club, Martin Broughton, se mostró complacido con la decisión en una comparecencia ante los medios en la que apareció rodeado de un grupo de hinchas eufóricos.
El Liverpool, además de con la de NESV, tiene sobre la mesa dos ofertas de compra. Una de un multimillonario Peter Lim, de Singapur, y la otra de un fondo de inversiones de EE.UU.
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