A veces la realidad imita las leyendas urbanas. Si el gobierno de Obama tiene éxito en un proyecto de ley orientado a espiar a los usuarios, el mito de que Facebook es un proyecto del FBI, la CIA o cualquier representante del ‘imperio yanqui’ para obtener la información de millones de personas en el mundo ya no será necesario para quienes gustan de las teorías de la conspiración.
Según The New York Times, oficiales federales y de la seguridad nacional están preparando nuevas regulaciones para Internet, con el argumento de que éstas les ayudarán a interceptar –o ‘chuzar’, como se dice en Colombia– las comunicaciones de terroristas y criminales vía Internet. El argumento se basa en que interceptar llamadas telefónicas es mucho más fácil en lo técnico y en lo judicial para las autoridades, pero los criminales cada vez usan menos el teléfono para comunicarse.
Según el proyecto de ley del gobierno Obama, que apenas está en sus primeras etapas de desarrollo y que sería presentado en el Congreso en 2011, los proveedores de acceso a Internet y servicios de comunicaciones (ISP, correo electrónico, telefonía IP, mensajería instantánea y muchas otras plataformas) tendrían la obligación de introducir en su software ‘puertas traseras’ que les permitan a los oficiales espiar las comunicaciones entre los usuarios, sin importar si se trata de diálogos personales, empresariales, científicos o de otra índole, o si están encriptados o no.
De lograr avances en el proyecto, éste tendría aún más alcance y generaría más polémica que el proyecto Carnivore, del FBI, surgido en la administración Clinton y que debió ser cancelado a comienzos de 2005, o que la red internacional Echelon.
¿Afecta a los usuarios latinoamericanos?
A simple vista una ley de esta índole afectaría sólo a los estadounidenses y residentes en el país del norte, pero un colombiano, un argentino o un panameño –o cualquier persona de Europa, Asia y África– también sufrirían las consecuencias, ya que en todo el mundo hay usuarios de Google, Hotmail, Yahoo!, Skype o Facebook, entre muchos proveedores de servicios de comunicaciones en línea. Incluso los usuarios de BlackBerry también serían ‘oficialmente espiados’ por el gobierno de Estados Unidos, pues el servicio de comunicaciones es un correo electrónico encriptado.
Las voces de las organizaciones y medios defensores de los derechos civiles y de la privacidad no se han hecho esperar. The New York Times reportó, por ejemplo, que James Dempsey, vicepresidente del Centro para la Democracia y la Tecnología, que estudia temas como la libertad de expresión y la neutralidad de la red, mencionó las grandes implicaciones del proyecto y dijo que éste reta los elementos fundamentales de la revolución de Internet.
Dempsey dijo que “ellos están pidiendo rediseñar los servicios (de Internet) para aprovechar la arquitectura única y extendida de Internet. Básicamente quieren echar atrás el reloj y lograr que los servicios de Internet funcionen como lo hacen los sistemas de telefonía”. No sobra aclarar que actualmente las comunicaciones telefónicas pueden ser interceptadas en este país desde 1994. Aún no hay declaraciones de la Electronic Frontier Foundation, una organización mucho más vehemente y con mayor inflencia que la de Dempsey.
La libertad de expresión y de comunicación es parte de la esencia de Internet, pero también la seguridad mundial está amenazada por terroristas que se comunican aprovechando sus libertades. Si bien las perspectivas de que se apruebe una ley como ésta son pocas, el proyecto vuelve a poner el tema del control y las ‘chuzadas’ sobre la mesa.
¿Usted qué opina? ¿Dejaría de usar servicios monitoreados por el gobierno de Estados Unidos sólo para preservar su privacidad?
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