Microsoft está poniendo en marcha durante estos días dos de sus principales movimientos estratégicos. Por un lado, está lanzando Windows Phone 7, su nuevo sistema operativo para móviles inteligentes con el que quiere hacer frente a rivales como Apple, Google, RIM y Nokia. Por otro, ultima la llegada al mercado de Kinect, su tecnología para jugar con la consola Xbox 360 sin necesidad de mandos físicos y con la que busca derrotar a sus principales competidores, Sony y Nintendo.
Buena parte de los expertos coinciden en que Microsoft se la juega, especialmente en el mundo del móvil. Ahora bien, el verdadero reto de la empresa es lograr enderezar la trayectoria de sus acciones en Bolsa, misión para la que tanto Windows Phone 7 como Kinect son piezas clave.
De momento, Windows Phone 7 parece no haber logrado cautivar a los inversores. En la sesión de Wall Street del lunes, que coincidió en el tiempo con la presentación mundial que hizo Steve Ballmer en la propia Nueva York, las acciones de Microsoft apenas lograron subir un 0,08%. No hubo emoción en una jornada en la que cabría haber esperado más euforia ante la llegada de un producto estrella como Windows Phone 7.
Es cierto que los mercados financieros norteamericanos vivieron el lunes una sesión con pocos movimientos; de hecho, el Dow Jones subió un casi imperceptible 0,02%. Pero también es verdad que la evolución de Microsoft en lo que va de año es mucho peor que la registrada por los principales índices de EE UU. Desde enero, las acciones del gigante del software se han dejado algo más de un 19% mientras que el Dow Jones y el Nasdaq acumulan una revalorización superior al 5%.
Esta evolución llevó a Microsoft a ceder a Apple el liderazgo en el ranking de empresas tecnológicas por capitalización bursátil antes del verano. El valor de mercado de la empresa de la manzana, cuyas acciones coquetean ya con la cota histórica de 300 dólares, ronda los 270.000 millones de dólares (unos 195.000 millones de euros). Mientras, la capitalización de la firma de Bill Gates es de 212.000 millones.
Durante este periodo, la empresa que dirige Steve Ballmer ha tratado de recuperar el favor de los inversores. El movimiento más drástico fue la decisión de Microsoft, anunciada el 21 de septiembre, de elevar sus dividendos un 23%.
El grupo también ha acelerado sus políticas de recompra de acciones con el objetivo de mejorar la retribución para los accionistas. Así, en el último trimestre, Microsoft adquirió títulos propios en el mercado por 3.839 millones, cuando en el mismo periodo del anterior ejercicio apenas había destinado 22 millones a estas partidas.
A lo largo de las últimas semanas, Microsoft se ha llevado algún que otro sobresalto en su relación con las bolsas. Quizá el más destacado fue la decisión de los analistas de Goldman Sachs de rebajar su recomendación sobre Microsoft de comprar a neutral. Aún así, la visión que los analistas tienen sobre el conjunto de la empresa sigue siendo positiva. De los últimos 15 analistas que han emitido opiniones sobre Microsoft a lo largo de los últimos días, al menos 11 tienen su recomendación en comprar o sobreponderar.
Estimaciones
Ahora Microsoft debe convencerlos de que Windows Phone 7 (que en su primera versión no permite cortar y pegar textos y que no se sabe aún a cuántos desarrolladores de aplicaciones va a atraer) tiene capacidad para hacerse sitio en el mercado. De entre los analistas que han emitido opiniones sobre el nuevo sistema desde su presentación el lunes, Matt Hoffman, de Cowen & Company, señaló en una nota para sus clientes que Windows Phone 7 tiene un interfaz superior al de sus rivales. No obstante, recordó que Microsoft tiene una cuota de mercado en los smartphones pequeña (inferior al 5%) y la competencia es "formidable". "Somos prudentes ante la opción de que la compañía pueda ampliar su base en los próximos meses", dijo Hoffman, indicando que habrá que esperar y ver si refleja una potencial mejora financiera.
Adam Holt, de Morgan Stanley, señaló que hay un riesgo de que Microsoft esté llegando tarde al mercado móvil, si bien apuntó que con la inversión prevista en marketing de 400 millones de dólares, la compañía podría revertir la pérdida de cuota de mercado durante 2011, "lo que sería positivo para la acción de Microsoft dadas las extremadamente bajas previsiones". En definitiva, el principal examen para Ballmer -del que se oyeron rumores sobre una posible salida durante el pasado verano- va a ser la evolución de las acciones.
Buena parte de los expertos coinciden en que Microsoft se la juega, especialmente en el mundo del móvil. Ahora bien, el verdadero reto de la empresa es lograr enderezar la trayectoria de sus acciones en Bolsa, misión para la que tanto Windows Phone 7 como Kinect son piezas clave.
De momento, Windows Phone 7 parece no haber logrado cautivar a los inversores. En la sesión de Wall Street del lunes, que coincidió en el tiempo con la presentación mundial que hizo Steve Ballmer en la propia Nueva York, las acciones de Microsoft apenas lograron subir un 0,08%. No hubo emoción en una jornada en la que cabría haber esperado más euforia ante la llegada de un producto estrella como Windows Phone 7.
Es cierto que los mercados financieros norteamericanos vivieron el lunes una sesión con pocos movimientos; de hecho, el Dow Jones subió un casi imperceptible 0,02%. Pero también es verdad que la evolución de Microsoft en lo que va de año es mucho peor que la registrada por los principales índices de EE UU. Desde enero, las acciones del gigante del software se han dejado algo más de un 19% mientras que el Dow Jones y el Nasdaq acumulan una revalorización superior al 5%.
Esta evolución llevó a Microsoft a ceder a Apple el liderazgo en el ranking de empresas tecnológicas por capitalización bursátil antes del verano. El valor de mercado de la empresa de la manzana, cuyas acciones coquetean ya con la cota histórica de 300 dólares, ronda los 270.000 millones de dólares (unos 195.000 millones de euros). Mientras, la capitalización de la firma de Bill Gates es de 212.000 millones.
Durante este periodo, la empresa que dirige Steve Ballmer ha tratado de recuperar el favor de los inversores. El movimiento más drástico fue la decisión de Microsoft, anunciada el 21 de septiembre, de elevar sus dividendos un 23%.
El grupo también ha acelerado sus políticas de recompra de acciones con el objetivo de mejorar la retribución para los accionistas. Así, en el último trimestre, Microsoft adquirió títulos propios en el mercado por 3.839 millones, cuando en el mismo periodo del anterior ejercicio apenas había destinado 22 millones a estas partidas.
A lo largo de las últimas semanas, Microsoft se ha llevado algún que otro sobresalto en su relación con las bolsas. Quizá el más destacado fue la decisión de los analistas de Goldman Sachs de rebajar su recomendación sobre Microsoft de comprar a neutral. Aún así, la visión que los analistas tienen sobre el conjunto de la empresa sigue siendo positiva. De los últimos 15 analistas que han emitido opiniones sobre Microsoft a lo largo de los últimos días, al menos 11 tienen su recomendación en comprar o sobreponderar.
Estimaciones
Ahora Microsoft debe convencerlos de que Windows Phone 7 (que en su primera versión no permite cortar y pegar textos y que no se sabe aún a cuántos desarrolladores de aplicaciones va a atraer) tiene capacidad para hacerse sitio en el mercado. De entre los analistas que han emitido opiniones sobre el nuevo sistema desde su presentación el lunes, Matt Hoffman, de Cowen & Company, señaló en una nota para sus clientes que Windows Phone 7 tiene un interfaz superior al de sus rivales. No obstante, recordó que Microsoft tiene una cuota de mercado en los smartphones pequeña (inferior al 5%) y la competencia es "formidable". "Somos prudentes ante la opción de que la compañía pueda ampliar su base en los próximos meses", dijo Hoffman, indicando que habrá que esperar y ver si refleja una potencial mejora financiera.
Adam Holt, de Morgan Stanley, señaló que hay un riesgo de que Microsoft esté llegando tarde al mercado móvil, si bien apuntó que con la inversión prevista en marketing de 400 millones de dólares, la compañía podría revertir la pérdida de cuota de mercado durante 2011, "lo que sería positivo para la acción de Microsoft dadas las extremadamente bajas previsiones". En definitiva, el principal examen para Ballmer -del que se oyeron rumores sobre una posible salida durante el pasado verano- va a ser la evolución de las acciones.
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