Que levante la mano aquel que no haya visto algún "Power Point" con esta famosa tipografía. Que arroje la primera piedra el que no haya tenido entre sus manos un documento en el que bailotearan las simpáticas, y a la vez, juguetonas letras de este modelo de fuente, o no haya visto en la calle algún rótulo un tanto infantil. Hablamos sí de "Comic Sans", probablemente la fuente más querida y a la vez más odiada de cuantas existen en el universo digital y, en nuestro repaso diario por los temas más curiosos de la blogosfera, hoy vamos a desvelar la historia que está detrás de su creador.
Para ello, rescatamos una anotación de la bitácora "El teléfono verde", donde con mucha ironía se presentan las obras y milagros de Vincent Connare. Este diseñador, que inició sus estudios en el New York Institute of Technology, comenzó a gestar su creación en octubre de 1994, basándose en una serie de tipografías dirigidas a niños que había desarrollado. Su objetivo era crear un nuevo tipo de fuente con un estilo similar a la de los comics que tenía en su oficina. La tipografía tuvo tanto éxito que pronto se convirtió en una de las instaladas por defecto en el Microsoft Publisher y Microsoft Internet Explorer.
A partir de ahí, las razones por las cuales comenzó a utilizarse masivamente por usuarios en todo tipo de documentos, son ciertamente inquietantes e inexplicables, hasta el punto de producir un empacho, que posteriormente se convirtió en repulsión por los más avanzados y prescriptores de la red, que realizan todo tipo de chistes con la "malvada" Comic Sans. El propio Vicent es irónico en su defensa: “Soy el creador de la fuente favorita de todo el mundo”, aunque más adelante confiesa que él no quería, que su intención sólo era crear un tipo de letra divertida para niños y que el asunto se le fue de las manos.
Muchos diseñadores y puristas de la tipografía, han llegado a lanzar diferentes campañas en contra de la fuente, bajo el argumento de que está pobremente diseñada (las bajadas y las horizontales tienen el mismo peso, y existe poco interletraje entre pares de caracteres, eliminando todas las características informales de la verdadera escritura a mano alzada). Connaire vuelve a defenderse, esta vez de forma profesional, argumentando que la fuente no fue diseñada como una tipografía como tal, sino como una solución al problema de encontrar una tipografía adecuada para software infantil. Como ejemplo, no hay más que ver el ojito que tiene el símbolo del euro (€).
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