Cada vez queda más claro que los microARN, productos de una parte del ADN que, hasta hace relativamente poco, se conocía como "basura genética", tiene un papel muy relevante en el desarrollo de tumores cancerígenos.
Un estudio español publicado ayer en Cancer Cell demuestra que, en algunos tipos de cáncer, estas moléculas son secuestradas dentro del núcleo de la célula tumoral, que impide así al microARN ejercer su actividad normal de inhibir el desarrollo del cáncer.
Según recuerda en un comunicado el equipo liderado por el director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Manel Esteller, todas las células del cuerpo humano poseen un núcleo central donde se encuentra el ADN, un medio acuoso (el citoplasma) donde se producen las proteínas y tienen lugar los procesos metabólicos, y una capa periférica que rodea a toda la célula y le da forma, la membrana plasmática. En condiciones normales, existe un tráfico continuo de moléculas entre estos tres compartimentos para permitir el buen funcionamiento de la célula.
Sin embargo, Esteller y sus colaboradores han observado que en tumores de colon, estómago y útero existe una alteración de la proteína Exportina-5, la encargada de llevar los microARN del núcleo de la célula al citoplasma. Este hallazgo supone que, en teoría, un compuesto que impidiera la alteración de esa proteína podría evitar el secuestro y su contribución al cáncer.
En este sentido, el científico catalán señala a Público que, actualmente, "hay estudios preclínicos donde el tratamiento con activadores de la producción de microARN con función supresora de tumores, los transportados por Exportina-5 han demostrado respuesta positiva". Sin embargo, "no existe aún ningún ensayo clínico dirigido a compensar la mutación de la Exportina-5", concluye Esteller.
Un estudio español publicado ayer en Cancer Cell demuestra que, en algunos tipos de cáncer, estas moléculas son secuestradas dentro del núcleo de la célula tumoral, que impide así al microARN ejercer su actividad normal de inhibir el desarrollo del cáncer.
Según recuerda en un comunicado el equipo liderado por el director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Manel Esteller, todas las células del cuerpo humano poseen un núcleo central donde se encuentra el ADN, un medio acuoso (el citoplasma) donde se producen las proteínas y tienen lugar los procesos metabólicos, y una capa periférica que rodea a toda la célula y le da forma, la membrana plasmática. En condiciones normales, existe un tráfico continuo de moléculas entre estos tres compartimentos para permitir el buen funcionamiento de la célula.
Sin embargo, Esteller y sus colaboradores han observado que en tumores de colon, estómago y útero existe una alteración de la proteína Exportina-5, la encargada de llevar los microARN del núcleo de la célula al citoplasma. Este hallazgo supone que, en teoría, un compuesto que impidiera la alteración de esa proteína podría evitar el secuestro y su contribución al cáncer.
En este sentido, el científico catalán señala a Público que, actualmente, "hay estudios preclínicos donde el tratamiento con activadores de la producción de microARN con función supresora de tumores, los transportados por Exportina-5 han demostrado respuesta positiva". Sin embargo, "no existe aún ningún ensayo clínico dirigido a compensar la mutación de la Exportina-5", concluye Esteller.
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