Silicon News
En BlackBerry no dejan de abrirse nuevos frentes. En plenos preparativos para el lanzamiento de su tablet PlayBook, los Emiratos Árabes siguen dispuestos a aguarle la fiesta a la compañía canadiense. Sólo le queda una semana a BlackBerry para ofrecer a las autoridades del país un modo de acceder a los datos que se transmiten por mensajería cifrada a través de sus dispositivos. Y la amenaza es seria: o cooperan con el poder oficial, o el gobierno árabe podría bloquear los servicios de BlackBerry. La demanda se une a la reciente investigación que está llevando a cabo Estados Unidos para conseguir un acceso legal a los mensajes que se intercambien a través de los teléfonos de RIM y los que se envíen por medio de redes sociales. La sospecha de que los atentados de Bombay podrían haber sido coordinados a través de estos teléfonos ha disparado las alarmas para muchos países, y no son pocos los que se muestran dispuestos a controlar el flujo de informaciones argumentando la previsión de posibles catástrofes similares.
Según parece, BlackBerry trabaja seriamente para tener contentas a las autoridades árabes, y no es para menos. RIM tiene 50.000 clientes en este país y, según indican algunos analistas, sus ventas podrían haber disminuido ya un 40% a raíz de esta amenaza de bloqueo. Arabia Saudí y la India también se han sumado a estas solicitudes de control del tráfico entre usuarios. Apple ha decidido adelantarse a encontronazos burocráticos y ha restringido el acceso a determinadas aplicaciones en estos países.
Y es precisamente la compañía de la manzana el blanco de la última crítica de BlackBerry. No hay mejor defensa que un buen ataque, han debido de pensar, aunque la crítica poco tenga que ver con su incursión arábiga. Alan Panezic, directivo de BlackBerry, ha defendido la oferta de 10.000 aplicaciones para sus smartphones, frente a las 25.000 que existen para el iPhone. Y es que, parafraseando a Steve Jobs, Panezic ha sido claro: "No necesitamos iFarts".
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