El Pais
La Wii de Nintendo fue la primera consola en iniciar la guerra a los botones. Un sistema que marcó tendencia. El cuerpo mandaba. Abrió todo un universo nuevo: narraciones, tramas y escenarios. La ruptura fue tal que los jugones dejaron de tener ventaja sobre los recién llegados. Abuelos, madres y niños pequeños podían echar partidas en igualdad de condiciones. Los mandos recogían el movimiento. Sony acaba de apostar por Move, una versión avanzada de esta tecnología, con nuevos mandos inalámbricos, más afinados y efectivos, pero mandos al fin y al cabo.
Steve Ballmer congregó ayer por la tarde en Madrid a un nutrido grupo de entusiastas de su sistema de videojuegos XBox 360 para presentar Kinect, un complemento que detecta el movimiento. "Después de una semana viajando y viendo señores con corbata, es un placer estar con jugadores como vosotros", dijo con entusiasmo. El sistema permite, por ahora, que dos personas (pronto podrán ser más) compitan con coches, bailen, o jueguen voleibol.
A primeros de noviembre llegará la nueva forma de juego de Microsoft. Ballmer no lo destaca tanto como una plataforma de videojuegos al uso sino como un dispositivo de entretenimiento familiar. De hecho, el pasado jueves anunció en París un acuerdo para ver contenidos de Canal + a través de la consola. El 15 de noviembre llegará al mercado el aparato por separado o como paquete adicional al adquirir una XBox 360. El catálogo de juegos, con seis iniciales, se ampliará a medida que se acerque la Navidad.
La decepción, más que por el aparato, fue por lo escaso de la conferencia. "La cola ha durado más que la charla", se quejaban los asistentes a Gamefest.
Donde no dejó indiferente a nadie fue por la mañana, durante el desayuno junto al ministro de Industria, Miguel Sebastián, en el que invitó a las empresas españolas a gestionar sus archivos, programas e informes en la nube de Internet, una tecnología que permite acceder a los datos desde cualquier ordenador conectado. Aprovechó para disparar contra su máximo competidor, Google, por los problemas que tiene de privacidad. "Hay que ser cuidadosos. Creo que Google debe colaborar con los Gobiernos", aconsejó. El ejecutivo se apuntó a la sugerencia de Telefónica de cobrar más a los que más red consuman pero las tarifas han de ser "justas y transparentes".
La próxima semana será clave para el gigante de Redmond; lanzará Windows Phone 7, en compañía de Telefónica en España. Este será su último cartucho en el mundo de los móviles, donde está muy por detrás de Android, Nokia o BlackBerry. Su terminal incorporará acceso a redes sociales, Office y juegos.
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