Pues sí, han pasado ya 12 años desde la publicación del título de estrategia en tiempo real más exitoso de todos los tiempos. La salida de StarCraft de la mano de una joven compañía ubicada en California, Blizzard Enterntaintment, supuso un revolución en el universo del PC que redefinió un género (que empezaba a tomar forma con los primeros Command & Conquer y, sobre todo, Dune 2). Desde aquel 31 de marzo de 1998, el sistema de juego de recolección de recursos y producción de unidades sólo tuvo un nombre: StarCraft.
Su genial sistema de juego, exquisitamente equilibrado presentando tres razas completamente diferentes: los humanos Terran, la raza extreterrestre Protoss y la colmena Zerg. Cada raza suponía un acercamiento totalmente distinto al juego y su cuidado equilibro y sus espectaculares posibilidades 'online' (con el sistema Battle.net) lo convirtieron rápidamente en el modelo a seguir. Blizzard había conseguido crear un moderno ajedrez perfectamente diseñado, basado en las tácticas del piedra-papel-tijeras más potenciadas. Tanto es así que el título original y su expansión, Brood War, siguen disfrutando de una larga vida. Mención aparte y que merecería un reportaje exclusivo, el hecho de que en Corea del Sur, StarCraft es deporte oficial y se retransmite por televisión, convirtiendo a sus jugadores en poco más que estrellas de fama nacional. Y mueve mucho, mucho dinero.
Y con todo este bagaje, que, como no, se nos ocurre que ha debido pesar como una losa al equipo de diseño de StarCraft 2, Blizzard Enterntaintment publica la segunda parte de su juego más popular (con permiso de World of Warcraft) con el listón de las expectativas en niveles estratosféricos.
StarCraft 2 es inmenso. Tan solo si contamos con la campaña para un jugador, que sitúa la narración cuatro años después de lo relatado en la expansión Brood Wars y nos pone en la piel de Jim Raynor, antiguo marine y ahora renegado en su particular lucha contra el emperador y el Dominion (suerte de imperio galáctico humano). Huelga decir que la campaña es espectacular. Con un ajustado nivel de dificultad, sirve de acercamiento al sistema de juego de StarCraft e innova en muchos aspectos, sobre todo a la hora de plantear las distintas fases: Muy alejadas de lo visto hasta ahora.
Así, por ejemplo, en algunas de ellas deberemos recolectar materias primas en un planeta volcánico en donde, cada cierto tiempo, la subida del nivel de lava nos obligará a retirar a todas nuestras unidades y ponerlas a salvo. O aquella en la que, durante el día, deberemos destruir los edificios infestados por el virus Zerg para, por la noche, parapetarnos en la base y repeler los ataques del enjambre... Todo ello con un hilo conductor narrativo espectacular y que logra mantener el interés del jugador no sólo porque esté disfrutando del juego, sino porque quiere saber qué más va a suceder. Un 10 para los guionistas.
Al mismo tiempo, el control de la campaña se realiza desde la nave Hyperion de Jim Raynor, que podremos recorrer entre misión y misión, hablar con sus tripulantes, comprar mejoras para nuestras unidades, desarrollar nuevas tecnologías a partir de especímenes Protoss o Zerg capturados... Además, ciertos eventos generarán nuevas líneas de misiones.
La campaña de StarCraft II: Wings of Liberty está centrada en la facción Terran. Esto es así porque Blizzard tiene previsto publicar posteriormente las campañas relativas a las otras facciones. Por lo tanto, tenemos vida del modo para un jugador para bastante tiempo.
No obstante, la madre del cordero de StarCraft 2 es, sin duda, el multijugador. Para ello, Blizzard ha remodelado completamente el sistema de juego 'online' Battle.net. Ahora, además de ofrecer distintas categorías de enfrentamientos 1vs1, 2vs2, 3vs3, refriega... existen ligas según nuestro nivel de juego, logros (también en el monojugador), función de grupos y amigos, chat entre jugadores (aunque no un chat general, que está en proceso). Incluso conexión vía Facebook aunque sólo para invitar a nuestros amigos o buscar a nuevos jugadores. El sistema funciona a las mil maravillas y potencia lo que Battle.net lleva ofreciendo 11 años con evidente éxito.
Al mismo tiempo, Blizzard ha pensado en el importante abismo que existe entre el jugador de la campaña y el pro del multijugador. Por ello, han desarrollado una serie de opciones o retos orientados a enseñar las tácticas más comunes tanto de control de unidades, habilidades como de extracción y gestión de recursos. Los propios retos son un añadido divertidísimo, pues cuentan para logros y tienen sus propios objetivos.
¿Pero cómo es el juego? ¿Tiene grandes cambios? Lo cierto es que a Blizzard se le puede reprochar el poco riesgo que han asumido. Han mantenido las mismas razas que en el juego original con, eso sí, importantes novedades en el tipo de unidades. Los chicos de Irvine, California, han concluido que renovar StarCraft 12 años después tiene más mérito que reinventar un sistema que es exitoso. Prácticamente ninguna compañía de videojuegos puede alardear de la longevidad de sus títulos como Blizzard. Estos chicos parecen haber encontrado la tecla de la jugabilidad y los millones de usuarios de todo el mundo les vienen dando la razón sin fisuras. Es por ello que sabemos que tenemos StarCraft 2 para años y años, un título espectacular, que actualiza y continúa su genial primera parte y que, sabemos, dará muchas alegrías a aquellos que se atrevan con él. Tanto si sois unos pros de los RTS como si os acercáis con miedo a ver qué tal es el modo campaña, estamos seguros que os engancharéis sin remisión. ¡Nos vemos en Battle.net!
Su genial sistema de juego, exquisitamente equilibrado presentando tres razas completamente diferentes: los humanos Terran, la raza extreterrestre Protoss y la colmena Zerg. Cada raza suponía un acercamiento totalmente distinto al juego y su cuidado equilibro y sus espectaculares posibilidades 'online' (con el sistema Battle.net) lo convirtieron rápidamente en el modelo a seguir. Blizzard había conseguido crear un moderno ajedrez perfectamente diseñado, basado en las tácticas del piedra-papel-tijeras más potenciadas. Tanto es así que el título original y su expansión, Brood War, siguen disfrutando de una larga vida. Mención aparte y que merecería un reportaje exclusivo, el hecho de que en Corea del Sur, StarCraft es deporte oficial y se retransmite por televisión, convirtiendo a sus jugadores en poco más que estrellas de fama nacional. Y mueve mucho, mucho dinero.
Y con todo este bagaje, que, como no, se nos ocurre que ha debido pesar como una losa al equipo de diseño de StarCraft 2, Blizzard Enterntaintment publica la segunda parte de su juego más popular (con permiso de World of Warcraft) con el listón de las expectativas en niveles estratosféricos.
StarCraft 2 es inmenso. Tan solo si contamos con la campaña para un jugador, que sitúa la narración cuatro años después de lo relatado en la expansión Brood Wars y nos pone en la piel de Jim Raynor, antiguo marine y ahora renegado en su particular lucha contra el emperador y el Dominion (suerte de imperio galáctico humano). Huelga decir que la campaña es espectacular. Con un ajustado nivel de dificultad, sirve de acercamiento al sistema de juego de StarCraft e innova en muchos aspectos, sobre todo a la hora de plantear las distintas fases: Muy alejadas de lo visto hasta ahora.
Así, por ejemplo, en algunas de ellas deberemos recolectar materias primas en un planeta volcánico en donde, cada cierto tiempo, la subida del nivel de lava nos obligará a retirar a todas nuestras unidades y ponerlas a salvo. O aquella en la que, durante el día, deberemos destruir los edificios infestados por el virus Zerg para, por la noche, parapetarnos en la base y repeler los ataques del enjambre... Todo ello con un hilo conductor narrativo espectacular y que logra mantener el interés del jugador no sólo porque esté disfrutando del juego, sino porque quiere saber qué más va a suceder. Un 10 para los guionistas.
Al mismo tiempo, el control de la campaña se realiza desde la nave Hyperion de Jim Raynor, que podremos recorrer entre misión y misión, hablar con sus tripulantes, comprar mejoras para nuestras unidades, desarrollar nuevas tecnologías a partir de especímenes Protoss o Zerg capturados... Además, ciertos eventos generarán nuevas líneas de misiones.
La campaña de StarCraft II: Wings of Liberty está centrada en la facción Terran. Esto es así porque Blizzard tiene previsto publicar posteriormente las campañas relativas a las otras facciones. Por lo tanto, tenemos vida del modo para un jugador para bastante tiempo.
No obstante, la madre del cordero de StarCraft 2 es, sin duda, el multijugador. Para ello, Blizzard ha remodelado completamente el sistema de juego 'online' Battle.net. Ahora, además de ofrecer distintas categorías de enfrentamientos 1vs1, 2vs2, 3vs3, refriega... existen ligas según nuestro nivel de juego, logros (también en el monojugador), función de grupos y amigos, chat entre jugadores (aunque no un chat general, que está en proceso). Incluso conexión vía Facebook aunque sólo para invitar a nuestros amigos o buscar a nuevos jugadores. El sistema funciona a las mil maravillas y potencia lo que Battle.net lleva ofreciendo 11 años con evidente éxito.
Al mismo tiempo, Blizzard ha pensado en el importante abismo que existe entre el jugador de la campaña y el pro del multijugador. Por ello, han desarrollado una serie de opciones o retos orientados a enseñar las tácticas más comunes tanto de control de unidades, habilidades como de extracción y gestión de recursos. Los propios retos son un añadido divertidísimo, pues cuentan para logros y tienen sus propios objetivos.
¿Pero cómo es el juego? ¿Tiene grandes cambios? Lo cierto es que a Blizzard se le puede reprochar el poco riesgo que han asumido. Han mantenido las mismas razas que en el juego original con, eso sí, importantes novedades en el tipo de unidades. Los chicos de Irvine, California, han concluido que renovar StarCraft 12 años después tiene más mérito que reinventar un sistema que es exitoso. Prácticamente ninguna compañía de videojuegos puede alardear de la longevidad de sus títulos como Blizzard. Estos chicos parecen haber encontrado la tecla de la jugabilidad y los millones de usuarios de todo el mundo les vienen dando la razón sin fisuras. Es por ello que sabemos que tenemos StarCraft 2 para años y años, un título espectacular, que actualiza y continúa su genial primera parte y que, sabemos, dará muchas alegrías a aquellos que se atrevan con él. Tanto si sois unos pros de los RTS como si os acercáis con miedo a ver qué tal es el modo campaña, estamos seguros que os engancharéis sin remisión. ¡Nos vemos en Battle.net!
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