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2010/08/18

Facebook, una potente arma policial

ABC

Cualquier imagen tuya podrá ser utilizada en tu contra. Las huellas de los delitos en redes sociales cada vez son más numerosas y la policía se aprovecha de esta circunstancia para rastrear en nuestras cuentas. ¿La legalidad está por encima de la intimidad?
Las investigaciones policiales han avanzado en busca de las evidencias concretas de delitos. El problema está en diferenciar qué grado de necesidad hay de llegar tan lejos y en qué momento se está violando el derecho a la privacidad por asuntos constitutivos de delito o no.
Hay múltiples casos en todo mundo en el que Facebook ha sido clave para que policía llevase a cabo un arresto. Hay casos tan graves como la detención de un asesino filipino, Mark Dizon. Fue reconocido ya que era amigo en la red social de la hija de una de las víctimas. Una base de datos imprescindible y con un acceso garantizado.
«The Hufftington Post» menciona la mala suerte que tuvo Adam Bauer, un estadounidense de 19 años detenido por beber alcohol sin la edad mínima en sus Estado. Bauer aceptó a una desconocida atractiva en Facebook, autorizándola a ver sus fotos. En algunas aparecía sujetando, ni siquiera bebiendo, una cerveza. Poco después fue reclamado por la policía para declarar por su delito, junto a otros siete menores más.
Control del tráfico
Sorprendió la velocidad con la que la población adaptó el Facebook de la guardia de tráfico de esta ciudad india. En lugar de ser empleada como fuente de información actualizada como estaba previsto, los propios conductores de la ciudad la convirtieron en un sitio de denuncia pública, aprovechando sus cámaras de foto integradas en el teléfono móvil.
No es únicamente la voluntad de cada uno de los organismos de prestar cada vez más atención a los espacios públicos y privados digitales. Es la misma concienciación ciudadana de que la red es un lugar que también está sometido a regulación y que puede ser utilizado tanto para delinquir como para denunciar.
Sin embargo, el anonimato que proporciona, en cierta medida, estar detrás de una IP puede acabar siendo un arma de doble filo. Confiando en la privacidad de sus actos, la tranquilidad de cara a la mayoría de internautas crea un estado de relajación sobre las propias actuaciones que sin embargo no puede esconderse ante las autoridades.
Tomarse una inocente fotografía y acompañarla de un comentario de 20 caracteres está siendo suficiente motivo para que la policía emprenda acciones. Aunque toda decisión arranque con algún supuesto jurídico violado en mente, la vigilancia extrema sobre faltas leves puede dar lugar al inicio de la represión en la red y de la autoncesura. ¿Y si ese joven sólo se estaba bromeando?
Tener un cuerpo policial investigando los de la red, especialmente los relacionados con la pedofilia y el abuso de menores no sorprende en las sociedades actuales. Pero sería más cuestionable, en un momento histórico de recorte de presupuestos públicos en numerosas partidas sociales, si es necesario mantener a parte de los agentes indagando en la red en busca de faltas leves. Todo un derroche.
 

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