“El concierto fue realmente bueno”. Son las palabras de Jan Norvald Øren, el galeno noruego que el pasado 11 de agosto abandonó su puesto de trabajo en el servicio de urgencias de un hospital de Bergen para acudir al único concierto que la banda Iron Maiden ofrecía en su ciudad. Un asunto que está dando mucho que hablar estos días en Noruega y que parece abocado a dirimirse en los tribunales.
El Heavy Metal es una religión. De ello puede dar fe Jan Øren, que, tras llamar a la secretaría médica del hospital y saber que todo estaba bajo control -según cuenta él mismo-, no dudó un instante en calzarse sus botas de cuero para ver a sus ídolos, los británicos Iron Maiden. Øren no sospechaba que aquel turno de noche sería especialmente complicado o que su decisión pondría el servicio de urgencias en las manos de un único facultativo.
Jan Øren, que fue apartado provisionalmente del servicio al día siguiente, no muestra arrepentimiento. “De todos modos, en el hospital siempre hay colas”, se justifica. A pesar de las numerosas quejas de pacientes recibidas por el hospital, el “Doctor Rock”, como es llamado, amenaza con llevar a los tribunales a sus superiores si el pertinente expediente disciplinario se resuelve con algo más que una sanción leve. La historia la encontramos en el blog Anecdotario del Rock.
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