Imagine que acaba de comprarse un Ferrari. Imagine que tras mucho esfuerzo ha conseguido hacerse con ese modelo con el que soñaba. ¿Dejaría las llaves del coche dentro? Probablemente no.
Lo mismo ocurre con la información sensible de una empresa. Es más, el valor de los datos que maneja una corporación supera por mucho al valor de un coche de alta gama.
Cuando la información sensible de una empresa se cifra correctamente se reducen significativamente los riesgos de fuga de datos. No obstante, la utilización de herramientas de cifrado distintas e incompatibles entre sí puede generar cientos de miles de claves de cifrado diferentes. El resultado son nuevas vulnerabilidades.
No es el único problema. La mayoría de las empresas expone las claves de gestión del cifrado sin separarlas de la información, nos comenta Art Gilliland, vicepresidente senior de la división de Productos de Seguridad en HP en el marco del Discover 2014. Es como dejar las llaves del Ferrari dentro del vehículo.
Y al igual que con los coches de alta gama, también existe un mercado negro de compraventa de información corporativa muy útil para acceder a activos sensibles.
Las nuevas soluciones de seguridad Atalla separan las claves de gestión de la información cifrada, dificultando enormemente el acceso a terceros. Y ahora lo hacen en todo el ciclo de vida de la información, esto es desde el centro de datos hasta la nube pasando por la información no estructurada.
Cuando preguntamos a Gilliland sobre las ventajas competitivas de las nuevas soluciones frente a los competidores destaca dos novedades. Por un lado, la forma en la que se implementa la solución en los sistemas no afecta al rendimiento del servidor. “El impacto en el rendimiento es cero”, asegura.
La otra ventaja competitiva es que la solución funciona sobre cualquier sistema de cualquier vendedor. “Estamos mucho más cerca del estándar que cualquiera de nuestros competidores”.
Conocer al enemigo
La división que dirige Gilliland ha pasado mucho tiempo investigando el modus operandi del hampa virtual. Considera que para tomar la delantera en esta ciberguerra no basta con destinar el presupuesto a solventar problemas. Hay que adelantarse a ellos, y esto solo se consigue entendiendo a quién nos enfrentamos. Es El arte de la Guerra.
“Los humanos nos entendemos entre nosotros”, declara. Es lo que hace más peligrosos a los cibercriminales, que “comprenden perfectamente la naturaleza humana y son capaces de desarrollar ataques muy efectivos”. “Si estamos perdiendo es porque nos hemos centrado en nosotros mismos en lugar de en el enemigo”.
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