Internet donde no llega nadie. Casi parece el lema de un operador especializado en barrios de los “afuerarradios” o en conectivodad rural pero muy bien podría definir el proyecto que se han propuesto en Mountain View con el que hacer llegar la Red a parajes remotos infradotados tecnológicamente.
El proyecto de Google de poner en órbita su propia red de satélites con cobertura de Internet global permitiría que regiones del planeta sin tendidos de comunicaciones pudieran por fin acceder a la Red.
Este ambicioso proyecto no es la primera vez que se plantea desde el seno de la empresa fundada por Sergey Brin y Larry Page pero ahora sería la primera vez que podrían haber quedado atrás dificultades tanto técnicas como financieras para ponerlo en marcha. En una primera fase se trataría de situar en órbita de baja altitud hasta 180 pequeños satélites de unos 125 kilos de peso y con alta capacidad de transmisión de datos. Estos inicios harían necesaria la mencionada inversión de 1.000 millones de dólares pero en posteriores etapas podría alcanzar hasta los 3.000 millones de dólares en función del diseño de las siguientes fases así como del número de satélites de que constase la red en estadios más avanzados.
Google lleva ya algún tiempo contratando diversos ingenieros de telecomunicaciones especializados en comunicaciones vía satélite además de aliarse con empresas del sector como O3b Networks así como Space Systems/Loral LLC. También apuntaba en esa dirección Project Loon, un sistema similar basado en globos aerostáticos especiales capaces de subir a gran altitud para ofrecer este mismo servicio de telecomunicaciones y que también tenía en estudio Google.
No hace mucho te informamos aquí en The Inquirer de la adquisición del fabricante de drones solares Titan Aerospace por parte de Google, otro método similar de conseguir el mismo resultado, un esfuerzo que por su parte también están realizando desde Facebook. La idea sería complementar la cobertura local mediante drones que se conectarían entre sí y con las bases terrestres mediante esta red de satélites en baja órbita.
La idea en ambos casos es ampliar en centenares de millones los usuarios de Internet proveyendo de acceso a aquellas áreas remotas, en vías de desarrollo o deficientemente dotadas. Recordemos que dos terceras partes de la población mundial carecen de cualquier acceso a Internet.
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