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2013/06/12

Los idealistas del Silicon Valley chocan de frente con la trama de los espías

Los idealistas que fundaron algunas de las compañías tecnológicas más exitosas del mundo están envueltos en la polémica desatada por el vasto programa confidencial de vigilancia del Gobierno estadounidense denominado PRISM.

Irónicamente, las empresas acusadas de ser parte de este gigantesco y masivo "Gran Hermano" comenzaron con nobles ideales, como el de Facebook (en la foto, su fundador, Mark Zuckerberg), de hacer el mundo "más abierto y conectado", o el de Google, de "organizar la información del mundo y hacerla universalmente más accesible y útil".

"Cuando las compañías están ganando miles de millones de dólares probablemente ya no son tan idealistas", dijo Roger Kay, un analista de Endpoint Technologies Associates, que sigue el sector desde los comienzos de Internet.

"Tuvieron que tomar decisiones para ganar dinero en lugar de proteger los derechos de sus usuarios", añadió ante la agencia AFP.

Según Joseph Hall, del Centro para la Democracia y la Tecnología (CDT, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, compañías como Google, Facebook y Apple terminaron recogiendo una gran cantidad de datos en su búsqueda por "capitalizar" sus grandes bases de datos y, por lo tanto, se convirtieron en importantes objetivos para las fuerzas del orden.

"El movimiento hacia la nube (de Internet) es significativo", dijo Hall.

"Todo esos datos están disponibles porque se consigue rápidamente una gran capacidad de procesamiento y almacenamiento", añadió.

Hall dijo que tras la oferta pública de sus acciones, las compañías tienen "mucha presión para hacer cosas que son diferentes a sus misiones idealistas. Tienen que crear rendimiento para los accionistas".

En el marco del programa PRISM, revelado la semana pasada, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos puede emitir directivas a empresas de internet solicitando el acceso a emails, chats en línea, fotos, archivos y vídeos, entre otras funciones, subidas a internet por usuarios extranjeros.

Algunas de las mayores empresas de Silicon Valley están involucradas en ese programa, entre ellas Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Apple, PalTalk, AOL, Skype y YouTube.

Los proveedores de servicios niegan haber otorgado al gobierno acceso a los datos de sus clientes e insisten en que sólo los suministraron cuando se vieron obligados por ley.

La polémica en Estados Unidos tiene lugar cuando otras naciones, especialmente China, utilizan tecnología en línea para espiar a sus ciudadanos, lo que subraya preocupaciones de que los gobiernos estén subvirtiendo Internet.



"La vigilancia gubernamental injustificada es una intrusión en los derechos humanos básicos que amenaza los fundamentos mismos de una sociedad democrática", escribió Tim Berners-Lee, el inventor de la web, en un comunicado publicado en el diario The Financial Times.

"Pido a todos los usuarios de la web que soliciten mejor protección legal y procesos debidos de salvaguarda para la privacidad de sus comunicaciones en línea, incluido su derecho a ser informado cuando alguien solicita o almacena sus datos", añadió.

Lee y otros pioneros de internet siempre ha visto la red como un medio de aumentar la libertad personal.

Su Fundación World Wide Web está dedicada a "lograr un mundo en que todas las personas pueden utilizar la web para comunicarse, colaborar e innovar libremente, construir puentes entre las divisiones que amenazan nuestro futuro común".

Hall, de CTD, afirmó que "el epítome del idealismo es dos personas en su garaje que crean grandes servicios", pero cuando las compañías crecen, "se vuelve más complicado".

Estas compañías "aparecen muy como 'Gran Hermano', pero para ser justos, no sabemos muy bien qué ocurre sin tener los archivos clasificados", añadió.

El experto apuntó, sin embargo, que "su éxito continuado depende de proteger la privacidad del usuario" y necesitan asegurar a sus clientes que sus datos están protegidos.

Kay señaló que los clientes de los gigantes tecnológicos "siempre sintieron que podían confiar en las compañías" y que hay un peligro de que "los clientes se conviertan en cínicos".

Según Kay, muchas facetas del PRISM continúan estando poco claras, como por qué algunas compañías han permanecido al margen del sistema y por qué Apple no participó hasta 2012, tras la muerte de Steve Jobs.

"Imagino que Steve Jobs le dijo al gobierno que se olvidara de eso", afirmó Kay.

Aunque la tecnología de seguimiento ha estado disponible desde hace tiempo, las revelaciones del PRISM sugieren "un cambio radical".

"A pesar de que esto ha estado ocurriendo desde hace mucho tiempo, el mundo de la 'conciencia de la información total' ya está entre nosotros y ha llegado de forma bastante repentina", afirmó.

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