El histórico fabricante japonés de televisores y otros productos de electrónica de consumo Sharp podría ver luz al final del túnel. Sus acciones subieron ayer un 10% en la Bolsa de Tokio, hasta los 165 yenes, tras saltar algunas informaciones que apuntaban a que el gigante estadounidense de los chips, Intel, podría entrar en su capital. Una noticia, sin duda, positiva para el grupo japonés que busca capital para evitar su colapso después de ver cómo se disparan sus pérdidas trimestre a trimestre.
El interés de Intel por Sharp lo dio a conocer la agencia de noticias Kyodo, quien apuntó que la empresa japonesa se encuentra en el último tramo de negociaciones con el fabricante de chips para recibir entre 30.000 y 40.000 millones de yenes (entre 297 y 396 millones de euros). Pero parece que no es la única empresa interesada en tomar una participación en Sharp. Según Reuters, Intel y Qualcomm podrían invertir 30.000 millones de yenes (378 millones de dólares) en la firma asiática.
Sharp lleva tiempo tratando de reestructurar su negocio tras registrar fuertes pérdidas y caída de ventas. La propia compañía reconoció a principios de mes que las pérdidas operativas y netas de los seis primeros meses "fueron enormes" y que la firma "se encuentra en circunstancias en las que existen dudas materiales sobre su viabilidad".
Sharp registró pérdidas por importe de 387.500 millones de yenes (3.762 millones de euros) en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal, casi 10 veces más de lo perdido en el mismo periodo del ejercicio anterior.
La compañía también revisó sus previsiones para el conjunto del año (que acabará el 31 de marzo) y dijo que prevé cerrarlo con unos números rojos récord de 450.000 millones de yenes (4.369 millones de euros), un 80% más de lo previsto inicialmente. Unas cuentas que llevó a la agencia de calificación crediticia Fitch a rebajar en seis escalones el rating de la compañía hasta situarlo en B-, dentro de la categoría de bono basura.
La compañía lleva tiempo buscando inversores que le den un respiro financiero. De hecho, en marzo Sharp llegó a un acuerdo para vender una participación del 10% a la compañía taiwanesa Hon Hai (matriz de Foxconn) por un total de 800 millones de dólares, pero desde que se firmó el pacto las acciones de Sharp han caído un 70% y ahora hay serias dudas de que el acuerdo pueda concluir con éxito, según apuntaba ayer la BBC.
"Ellos [refiriéndose a Sharp] están desesperados por conseguir fondos, ya que ahora mismo tienen un problema de caja enorme", dijo a la cadena británica Gerhard Fasol, de Eurotechnology, que añadió que el grupo nipón "no solo necesita el dinero para las operaciones de su día a día, sino también para pagar parte de su deuda que vence en los próximos meses".
Según Kyodo, con su alianza con Sharp el grupo Intel buscaría potenciar las ventas de semiconductores y también lanzar ordenadores y productos digitales equipados con pantallas LCD del fabricante nipón. La agencia japonesa también apunta que Sharp estudia posibles acuerdos de negocio con otras compañías, como Apple, Google y Microsoft. Sharp, al igual que otros fabricantes japoneses de electrónica de consumo, ha sufrido la desaceleración de la demanda de televisores. La fortaleza del yen tampoco le ha ayudado a ser más rentable.
La entrada de Intel y Qualcomm en Sharp tendría una trascendencia enorme para la industria. Por un lado, significaría la entrada de dos fabricantes de chips en un gigante de la electrónica de consumo. Por otro, supondría que una centenaria compañía japonesa pasa a estar bajo la órbita de dos gigantes de EE UU, histórico competidor industrial.
Panasonic anuncia otro ajuste de 8.000 trabajadores
Sharp no es la única empresa japonesa de electrónica de consumo que sufre tiempos difíciles. Sony (ahora repuntando) y Panasonic, también. Esta última anunció ayer que planea echar a cerca de 8.000 trabajadores en la segunda mitad de su año fiscal; una cifra que se sumará a los otro 8.000 despidos realizados en el semestre acabado el 30 de septiembre. El año pasado, Panasonic ya echó a 39.000 empleados. Todas estas empresas japonesas han sufrido una pérdida importante de cuota de mercado, sobre todo en televisores, donde sus rivales surcoreanos (Samsung y LG) le han comido el terreno. Solo estas dos compañías tienen ya el 43% del mercado mundial de televisores planos.
Los analistas acusan a los grupos japoneses de haber tenido poca visión para entrar en sectores y tecnologías emergentes, como tabletas o smartphones, dos equipos de gran éxito hoy.
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