En una reunión en septiembre con Bill Campbell, director de Apple, Mark Pincus, presidente ejecutivo de Zynga, casi se puso a llorar.
Campbell, un veterano de tecnología que ha asesorado a presidentes ejecutivos de Silicon Valley como Steve Jobs y Eric Schmidt, había sido convocado por la firma de inversiones de capital de riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers para ayudar a Pincus en momentos en que las acciones de la compañía de juegos sociales se desplomaban y algunos de sus juegos en línea perdían popularidad. Algunos de los socios de Kleiner Perkins advirtieron a Campbell que era posible que no consiguiera progresar mucho.
Pero en la reunión, en que hablaron sobre los desafíos de la gestión de Zynga, Pincus estaba abierto a los consejos. Pincus "estaba desalentado", recuerda Campbell. "Se sentía muy mal por lo que estaba pasando; sentía la crisis", añade.
El momento ofrecía un vistazo a cómo Pincus -que el año pasado sacó a bolsa Zynga con una valoración de US$9.000 millones- estaba lidiando con el profundo declive de la empresa de cinco años y las cosas que tenían que cambiar. El presidente ejecutivo, de 46 años, se ha mantenido apa-rentemente optimista mientras el público veía cómo se acumulaban los problemas en Zynga.
Sin embargo, tras bambalinas, Pincus lo estaba pasando peor. Uno de sus dolores de cabeza eran los conflictos internos, incluidas las deserciones de ejecutivos y varios enfrentamientos con empleados. Algunas medidas tomadas por el presidente ejecutivo para limar asperezas con los trabajadores, incluyendo un intento de repartir más acciones a modo de compensación, resultaron un tiro por la culata.
Pincus acabó recurriendo a la ayuda externa de Campbell, entre otros asesores. Como consecuencia, Pincus renovó parte de la estructura interna de Zynga y reorganizó su equipo ejecutivo. Ahora está tratando de posicionar mejor a la empresa para hacer juegos para móviles, un área donde Zynga ha sido débil. Asimismo, el presidente ejecutivo, que posee 50,2% del control de voto de la empresa, está tratando de reinventarse como líder al ceder más control a sus colaboradores y mejorar las comunicaciones.
Esta versión de Pincus bajo presión se basa en entrevistas con más de dos decenas de antiguos y actuales empleados e inversionistas de Zynga. Pincus declinó las solicitudes de entrevistas, pero dijo lo siguiente en un e-mail: "El rápido cambio en los hábitos de los jugadores y las tecnologías sociales han dictado cambios fundamentales en Zynga. Y cuando las empresas cambian, es inevitable que algunas personas opten por irse".
Si las medidas de Pincus para enderezar el rumbo de Zynga, que ahora tiene una capitalización de mercado de US$2.000 millones, darán resultado es algo que todavía está por verse. Aunque recientemente otras empresas parecidas que cotizan en bolsa, como Groupon y Facebook, han tenido dificultades desde su debut bursátil, Zynga enfrenta una presión especial.
Las acciones de la compañía se han desplomado 75% desde su debut bursátil en diciembre y los consumidores han empezado a perder el interés por muchos de sus juegos. Facebook ha hecho cambios que hacen que sea más difícil que los usuarios descubran los juegos de Zynga en la red social y ha promovido juegos de empresas rivales.
Las grietas empezaron a aparecer en abril, cuando se hizo evidente que Draw Something , un juego recién adquirido, estaba perdiendo jugadores. Zynga había comprado al fabricante del juego, OMGPOP, por US$183 millones apenas seis semanas después de que fuera lanzado.
Entretanto, la moral de los empleados estaba cayendo. Las acciones de Zynga iniciaron un descenso prolongado. A medida que se hacía más difícil conseguir éxitos como los de juegos anteriores, la plantilla temía por el rumbo de la empresa.
En una reunión este mes, Campbell dice que está notando el progreso. Pincus había preparado una agenda, animó a su equipo a participar y no dominó la conversación. "Le dije que no podía acaparar todo el aire de la sala", dice Campbell.
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