“El 3 de diciembre, en Dubai, nos la jugamos todos los que creemos en una Red libre y universal”, proclama el padre de Internet y Premio Príncipe de Asturias Vinton Cerf. Puede que suene apocalíptico, pero es un papel que le va perfecto si se tiene en cuenta que además de como académico, ejerce de ‘evangelista’ y vicepresidente de Google. Ese día comienza la conferencia de la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones, un organismo dependiente de las Naciones Unidas. Este organismo, con 157 años de actividad, no ha cambiado su forma de trabajo. Las reuniones son a puerta cerrada, con una agenda privada y cuyos miembros son políticos; un voto y representante país.
Cerf mantuvo hoy a mediodía una conversación telefónica con The New York Times (Estados Unidos), Reuters (Reino Unido), Le Monde (Francia), Trouw (Holanda), Vendemosti (Rusia), Economia (República Checa), The National (Abu Dhabi) y EL PAÍS.
¿Qué le preocupa a este científico y humanista cuya invención ha cambiado el mundo en que vivimos? Varios factores, pero sobre todo el perfil de los miembros de la conferencia y la ausencia de un programa. “Desde su nacimiento apoyé que Internet no fuera de unos pocos. Nosotros pagamos las facturas, los experimentos, la investigación. Y lo hicimos con gusto, pero ahora que, por favor, no cambien su esencia”, reclama.
En su opinión, la composición de la UIT es un desatino: “Además de representantes de los gobiernos, tendrían que contar con técnicos, académicos y empresas que han impulsado el crecimiento de Internet”. La impotencia le invade: “En el 93 les cedimos la soberanía y ahora no podemos ni dar recomendaciones”.
Cerf tiene muchas sospechas, sin embargo no aporta datos concretos. Se supone que cuenta con filtraciones sobre el contenido del encuentro antes de hacer este llamamiento desesperado, pero se niega a desvelarlo. En todo caso, es más que probable que provenga de los propios representantes de los países miembros que recelan del devenir de esta conferencia.
Por preocuparle, le preocupa hasta la duración del encuentro. “Es muy común que durante los primeros días no se haga gran cosa y solo al final, cuando apenas hay tiempo para debatir o conocer a fondo las propuestas relevantes, se tenga que votar”. El mayor peligro según Cerf es “imponer una revisión de la estructura de las telecomunicaciones, que se llegue a cambiar la arquitectura de la Red para poder controlarla, algo que hasta ahora se ha hecho”.
Otro aspecto que subraya es que se acaba con la diversidad cultural. “No debería de haber imposición de idiomas, ni control sobre contenidos. Tampoco que hagan distinción entre ricos y pobres. Tengo la intuición de que, quizá por presión de las empresas de telecomunicación, se va a encarecer el acceso a Internet. Muy bien, ¿y qué hacemos con, por ejemplo, Kenia y Senegal, que cada vez lo hacen mejor y está desarrollándose gracias a su apuesta por Internet? Tengo la impresión de que si África no destaca en esta ocasión, se quedará atrás para siempre”.
A Cerf le faltan las palabras para conseguir la implicación al otro lado del teléfono: “De verdad, que esta vez ya no se va a votar si el prefijo para llamar a un país debe ser uno u otro”. Este domingo, The Guardian alertaba sobre el papel que podría jugar Vladimir Putin. El científico está al corriente: “Rusia tiene intención de proponer algo así como unas reglas del juego con un nombre muy inocente. Lo llaman “protección a los usuarios”, cuando lo que quieren es poder censurarlos. A mí me da vergüenza que haya gobiernos que pongan por delante la censura a la seguridad”.
Hasta ahí, hablaba como inventor y filántropo. A continuación, incluye a Google como uno de los damnificados por muchos gobiernos antes ya de la conferencia: “No me invento nada. Esto ya pasa en muchos de nuestros productos. Basta con mirar la lista de países en que YouTube está prohibido o tiene restricciones. Lo mismo sucede con Blogger, nuestra plataforma de blogs”.
Google ha creado una campaña “Take Action”, Toma partido, en la que invita a los internautas a promover una petición a favor de Internet libre y sin restricción. Se pide la implicación y difusión en redes sociales para presionar a los asistentes en Dubai.
La UIT, en su blog, niega que esto vaya a suceder. Se hacen eco de la campaña de Google y, aunque la consideran desacertada y creen que la libertad de expresión está garantizada por la declaración universal de derechos humanos, no aportan ninguna prueba para creer que esto sea así, tampoco pistas sobre su agenda.
¿Entonces por qué Google se implica tanto? “Porque si no frenamos esta amenaza no habrá más Googles. Hay que crear los cimientos para que se cree un nuevo Facebook, Yahoo!, Microsoft... Y no solo en América, sino en cualquier lugar del mundo”, concluye.
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