El presidente y consejero delegado de Intel, Paul Otellini, dejará la compañía el próximo mayo tras casi 40 años de dedicación a la empresa y tras ser máximo directivo de la multinacional los últimos ocho años. Su retirada coincidirá con la junta de accionistas. Según explicó ayer la compañía en una nota, Intel abrirá ahora un periodo de transición y cambio en su liderazgo de forma ordenada durante los próximos seis meses.
Desde que se hizo consejero delegado, en el segundo trimestre de 2005, y hasta ahora la compañía ha generado un cash flow operativo de 107.000 millones de dólares (83.549 millones de euros) y ha retribuido a los accionistas con más de 23.500 millones de dólares en dividendo. Además, el dividendo trimestral se ha elevado desde entonces un 181% desde 0,08 dólares por acción a 0,225 dólares.
"He tenido el privilegio de dirigir una de las más grandes compañías del mundo", señaló Otellini. "Después de casi cuatro décadas en la empresa y ocho como consejero delegado es tiempo de cambiar y traspasar el timón a una nueva generación de líderes", añadió. El directivo, que es consejero de Google, precisó que trabajará junto al consejo de la compañía durante el proceso de transición, que tendrán en cuenta tanto candidaturas externas como internas a la hora de encontrar un sucesor.
La compañía también anunció que promocionará a tres directivos a cargos de vicepresidentes ejecutivos. Son Renee James, que está a cargo de la división de software; Brian Krzanich, responsable de operaciones y producción fuera de EE UU, y Stacy Smith, responsable de finanzas y estrategia corporativa.
Según All Things Digital, la edad obligatoria de jubilación en Intel es a los 65 años. Esta web recuerda que Craig Barrett, antecesor de Otellini, se retiró a los 65 o 66 años. Y Andy Grove, que capitaneó Intel antes que Barrett, dejó la compañía a los 61.
Paul Otellini, de 62 años, sale del gigante de los chips en un momento de incertidumbre para la compañía. Intel, que reinó junto a Microsoft en la era del PC, donde llegó a tener un 80% de cuota de mercado, ha perdido ahora protagonismo por el éxito de los smartphones y las tabletas. La cuota de mercado de Intel en teléfonos inteligentes, donde tiene su línea de chips Medfield, es de menos del 1%, por detrás de Qualcomm, Samsung, ARM y otros. Un hecho que ha llevado a los inversores a cuestionarse si la estrategia de la compañía es la correcta.
Intel lleva tiempo también intentando impulsar las ventas de los ultrabooks, una clase de portátiles superdelgados y con arranque instantáneo similar a las tabletas con Windows 8. Hasta ahora su éxito ha sido escaso, aunque la compañía cree que con los nuevos terminales que llegarán en la recta final de año las ventas de estos terminales empezarán a tirar.
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