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2012/02/06

Los españoles mienten para conseguir un peor empleo

Para aumentar sus posibilidades de conseguir empleo, los profesionales españoles están omitiendo calificaciones en sus currículos, según se reveló en una investigación de consultoras y sindicatos.
Estudios previos señalaron que uno de cada diez españoles mentían en sus hojas de vida para mejorar sus calificaciones.

Sin embargo, la grave crisis económica que afecta al país con mayor tasa de desempleo de la Unión Europea (22,9%) está haciendo que ingenieros, administradores de empresas, técnicos informáticos y hasta exdirectores “empeoren” sus currículos para conseguir empleos de baja calificación.
Es el caso de José Ángel Silvano. En 2010 tuvo que cerrar su propia empresa de logística y desde entonces no tiene trabajo. Actualmente en su curriculum, no dice mucho más que "responsable con iniciativa y experiencia".
"Eliminé los cargos de director, graduado universitario y dejé sólo los idiomas y conocimientos variados para ver si así encajaba en otros perfiles. Para mí no es mentir, sino ocultar información que pueda dar una imagen perjudicial: que tengo calificaciones de más o soy incapaz de cumplir puestos considerados menores", contó a la BBC.

Su caso no es una excepción. "Usted se sorprendería con la cantidad de universitarios que están buscando empleo en supermercados", afirmó a la BBC Martín Sánchez, estudiante de Filosofía.
"Es una degradación absoluta", dice Sánchez quien es miembro del grupo Juventud Sin Futuro que organiza protestas por causa de la falta de perspectivas.
Cada día el 10% de los desempleados lanzan al mercado currículos profesionales ocultando datos, según las investigaciones de las consultoras Adecco, Manpower y los sindicatos Comisiones de Operarios y Unión General de Trabajadores (UGT) presentadas en enero.
La estrategia de mentir en las referencias tiene nombre: Currículo B. Sin embargo, el hecho de dar una imagen peor es un fenómeno nuevo que va en aumento, de acuerdo con especialistas en Recursos Humanos.
"Mentir no suele ser una buena salida, ni para los que inflan, ni para los que ocultan", señaló a la BBC la directora de análisis de mercado de la UGT, Adela Carrión.
"Aunque en este caso puede ser visto como una opción de no dar más detalles de lo necesarios. Una adaptación del currículo a los requisitos de la oferta".
Una investigación indica que la mayoría de los que esconden datos son profesionales en el sector de servicios que han estado más de un año sin empleo y universitarios recién graduados con altas calificaciones.
La situación de los más jóvenes nos lleva a un cambio inusitado en la realidad del mercado laboral español. Esa misma generación de los nacidos a partir de 1980 es considerada como la que tiene menos oportunidades en los últimos 40 años y la que tiene más alto nivel de educación en la historia del país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Activa.
Según los datos oficiales, el 39% de los españoles entre 25 y 35 años tiene un diploma universitario, mientras que la media d la Unión Europea es de 34%. Al mismo tiempo, la tasa de desempleo en España es de 48,7%.
Entre los calificados que trabajan, el 44% tiene empleos por debajo de su nivel de formación.

Repercusiones sicológicas

Para el catedrático en Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra, José Montalvo, esta situación puede tener repercusiones sicológicas sobre los trabajadores.
"El peligro de que estos jóvenes tan calificados permanezcan en empleos por debajo de los de sus padres es que acaben aceptando eso como una realidad. Sicológicamente se verán afectados, dejando de tener estímulos y metas",
Los autores de la investigación están de acuerdo. Desvalorizar los currículos “genera frustración a largo plazo” y si la empresa descubre el engaño "se romperá una relación de confianza porque queda claro que apenas un profesional encuentre una oportunidad de acuerdo con su formación, abandonará la empresa", dice el documento.
Una solución puede ser emigrar. Además de la alta tasa de desempleo, el 37,7% de los jóvenes españoles tiene contratos de trabajo temporales, una media salaria de 800 euros y el 62% dicen sentirse tan desmotivados que no ven futuro profesional en el país.
Para el sociólogo Eusebio Megía, la cuestión es más compleja porque “la crisis ha cambiado muchos conceptos”.
"Uno ya no va en busca de un trabajo maravilloso. Ahora el fin es simplemente encontrar un trabajo. Y el horizonte del mercado ya no es la ciudad propia, sino cualquier parte del mundo. Todo está globalizado", concluyó.

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