A Google Inc., los problemas económicos de Europa le han dado una ventaja inesperada: los teléfonos inteligentes que operan con su software están ganando por goleada al iPhone en los países más afectados por la crisis de deuda soberana del continente.
El año pasado, pese al lanzamiento con bombos y platillos del iPhone 4S, apenas 5% de los teléfonos inteligentes que se vendieron en Grecia y 9% en Portugal eran teléfonos de Apple, según la firma de investigación IDC. La mayor parte del resto era teléfonos con el sistema operativo Android de Google, que la compañía está promocionando con mucho énfasis en su in-tento por afirmar su posición en la industria celular.Estos resultados dejan en evidencia un talón de Aquiles de Apple: su gran dependencia de los subsidios de los operadores celulares para hacer que una gama más amplia de consumidores pueda comprar sus iPhones. Esta práctica le ha dado una gran ventaja al gigante tecnológico, que registró un salto de 73% en sus ingresos el último trimestre.
En países como Estados Unidos y el Reino Unido, los subsidios de las compañías telefónicas llevaron a que el iPhone conquistara 20% del mercado de teléfonos inteligentes. Pero su desempeño en regiones del sur de Europa, donde la mayoría de consumidores no firma contratos y tiene que pagar el precio completo de los aparatos, sugiere que la posición de Apple podría sufrir si las telefónicas se cansan de cargar con el costo de los teléfonos, tal como parece ser el caso en Dinamarca y España.
Los teléfonos Android que cuestan menos de US$200 sin contrato están ampliamente disponibles en Europa, lo que le da una ventaja a Google sobre el iPhone, que es mucho más caro. En Portugal, en la operadora móvil Vodafone Group PLC, el mo-delo de Apple más barato -una versión de 8 gigabytes del iPhone 4- cuesta US$680, según el sitio web de la compañía. Los aparatos con Android pueden comprarse por apenas US$106.
En mercados como EE.UU., donde los consumidores generalmente pagan entre US$200 y US$300 por sus teléfonos inteli-gentes independientemente de su marca, el precio no es un factor tan importante. En cambio, sí lo es en Grecia, Portugal y en otras partes donde los operadores celulares no subsidian los aparatos.
En América Latina, en general, también impera el modelo de los subsidios de las operadoras para quienes firman un contrato con un plazo mínimo de servicio, pero aún no hay estadísticas sobre la penetración del iPhone.
En la mayor operadora móvil de Grecia, Cosmote Mobile Telecommunications SA, el teléfono inteligente más vendido el año pasado fue el Galaxy Mini, de Samsung, apuntó Dimitris Koutsonas, director de servicios y programas de datos móviles. El precio: US$188 sin contrato. "En este clima económico, tuvimos que darle impulso al teléfono inteligente de bajo precio", añadió. Como resultado, más de 60% de los teléfonos inteligentes que vendió Cosmote en 2011 fueron celulares con Android, dijo Koutsonas.
Google licencia Android a los fabricantes de hardware prácticamente gratis, no se queda con un porcentaje de las ventas del teléfono y sólo cobra una pequeña parte del ingreso generado con la venta de aplicaciones para aparatos con Android.
La compañía espera que la gama más amplia de precios para los teléfonos con Android impulse su popularidad y ayude a que su sistema operativo se vuelva más atractivo entre telefónicas cansadas de los subsidios y consumidores reacios a firmar contratos.
"Nuestros competidores dependen mucho más de estos subsidios", dijo John Lagerling, director de asociaciones de Android en Google. "Desde el aspecto de sostenibilidad, si uno tiene aparatos muy caros como la única opción para acceder a su ecosistema, eso puede suponer una resaca bastante severa en el largo plazo".
En EE.UU., las telefónicas pagan a Apple un estimado de US$400 cada vez que un cliente compra un iPhone con un contrato a dos años, dicen los analistas. El objetivo es hacer que el teléfono sea fácil de comprar y luego recuperar dinero a lo largo del tiempo con los contratos de servicios.
Wall Street lleva tiempo criticando a Apple por su estrategia para las telefónicas prepago, si bien vendió 37 millones de iPho-nes en su trimestre más reciente, más del doble que en el mismo lapso del año pasado.
Las operadoras en todo el mundo empiezan a cuestionarse los subsidios para los teléfonos inteligentes, lo que representa un riesgo para todos los fabricantes, no sólo Apple. En Dinamarca, el año pasado, varias telefónicas líderes dejaron de subsidiar teléfonos y rebajaron sus tasas mensuales para no quedarse rezagadas detrás de rivales de precios bajos. En España, Telefónica SA también tiene dudas.
"No podemos seguir manteniendo la subvención en estos niveles, no es sano", dijo este mes el presidente de la filial local José Miguel Gilpérez al diario El País.
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