Podría hacer incluso las veces de un microscopio. Las posibilidades del teléfono móvil parecen ser infinitas y muchas de ellas aún están por descubrir. Según un grupo de investigadores, si el dispositivo tiene cámara de fotos podría ser de gran ayuda para realizar diagnósticos médicos en zonas donde el acceso a los servicios de salud es muy pobre.
Para demostrar su gran potencial como asistente médico, Coosje Tuijin y su equipo, del Instituto holandés Royal Tropical, han puesto en marcha un estudio piloto en Kampala (Uganda). "En los países de ingresos medios y bajos existen muchos obstáculos: pobreza, largas distancias, escasa comunicación entre los médicos rurales y los centros de salud mejor dotados, etc.", versa el artículo, publicado en la revista 'PLoS ONE'.
Además, señalan los autores, sus "servicios de microscopía en el laboratorio son insuficientes, por falta de experiencia y mantenimiento, tecnología deficiente, escasas provisiones y baja calidad en general". Precisamente la microscopía es uno de los "procedimientos más importantes para el diagnóstico y el control de infecciones como la tuberculosis, la malaria, diarrea y de orina". Como consecuencia de estas deficiencias, por lo tanto, "estas enfermedades son infradiagnosticadas y están mal tratadas".
Los investigadores holandeses proponen una sencilla solución: el móvil con cámara de fotos. Eso sí, tendría que tener conexión a internet (la cobertura de los móviles se está extendiendo rápidamente, incluso en zonas muy alejadas) y un software específico para transferir los datos tomados por la cámara de fotos a un servidor central al que pueda acceder el personal de un laboratorio que, tras examinar la información, pueda responder con un diagnóstico definitivo (a través de un mensaje de texto o de voz).
Se trata de incorporar el móvil en el microscopio y capturar la imagen que recoge de la muestra de orina o de sangre. Como refleja el artículo, basta con una cámara de dos megapíxeles para que la fotografía sea clara. En el laboratorio recibirán la información gráfica a través de una plataforma de datos, de tal manera que puedan analizarla y determinar si existe infección o no. Incluso se puede concluir en qué fase se encuentra la infección. "Esto es muy útil para establecer estrategias de tratamiento", subrayan los investigadores.
La única limitación que "observamos en este sistema es que actualmente sólo podemos adjuntar una o muy pocas imágenes a cada mensaje, aunque esto no supone ningún problema". El potencial de esta metodología parece ser prometedor en países como Uganda, aunque antes deben realizarse más estudios que consideren la preparación de las muestras y otros factores que pueden influir en la calidad de las imágenes.
Para demostrar su gran potencial como asistente médico, Coosje Tuijin y su equipo, del Instituto holandés Royal Tropical, han puesto en marcha un estudio piloto en Kampala (Uganda). "En los países de ingresos medios y bajos existen muchos obstáculos: pobreza, largas distancias, escasa comunicación entre los médicos rurales y los centros de salud mejor dotados, etc.", versa el artículo, publicado en la revista 'PLoS ONE'.
Además, señalan los autores, sus "servicios de microscopía en el laboratorio son insuficientes, por falta de experiencia y mantenimiento, tecnología deficiente, escasas provisiones y baja calidad en general". Precisamente la microscopía es uno de los "procedimientos más importantes para el diagnóstico y el control de infecciones como la tuberculosis, la malaria, diarrea y de orina". Como consecuencia de estas deficiencias, por lo tanto, "estas enfermedades son infradiagnosticadas y están mal tratadas".
Los investigadores holandeses proponen una sencilla solución: el móvil con cámara de fotos. Eso sí, tendría que tener conexión a internet (la cobertura de los móviles se está extendiendo rápidamente, incluso en zonas muy alejadas) y un software específico para transferir los datos tomados por la cámara de fotos a un servidor central al que pueda acceder el personal de un laboratorio que, tras examinar la información, pueda responder con un diagnóstico definitivo (a través de un mensaje de texto o de voz).
Se trata de incorporar el móvil en el microscopio y capturar la imagen que recoge de la muestra de orina o de sangre. Como refleja el artículo, basta con una cámara de dos megapíxeles para que la fotografía sea clara. En el laboratorio recibirán la información gráfica a través de una plataforma de datos, de tal manera que puedan analizarla y determinar si existe infección o no. Incluso se puede concluir en qué fase se encuentra la infección. "Esto es muy útil para establecer estrategias de tratamiento", subrayan los investigadores.
La única limitación que "observamos en este sistema es que actualmente sólo podemos adjuntar una o muy pocas imágenes a cada mensaje, aunque esto no supone ningún problema". El potencial de esta metodología parece ser prometedor en países como Uganda, aunque antes deben realizarse más estudios que consideren la preparación de las muestras y otros factores que pueden influir en la calidad de las imágenes.
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