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2011/12/21

Las webs porno que nunca se verán

Los dominios .xxx están arrasando, pero, al menos en España, se registran para no ser usados. Dos semanas después de que se abriera su venta libre, la mayoría de registros no proviene de la industria pornográfica, sino de empresas, instituciones o famosos que reservan este sufijo para evitar que su nombre se relacione con el porno.
"Hemos recibido multitud de solicitudes, pero no para usarlos sino para bloquearlos", dice el director de ventas de Nominalia, Julio Pereira. Aunque no da cifras totales, sí asegura que la práctica totalidad de los que les han pedido un .xxx era para dejarlo en barbecho. En concreto, un 98% de las peticiones han sido para el bloqueo y sólo el 2% restante para el registro de una nueva web. Y, entre las primeras, hay universidades, bancos como el BBVA o el Santander, cadenas de televisión, editoriales como Santillana, ópticas, zapaterías y hasta algún cantante famoso. "Toda empresa que quiera proteger su marca es susceptible de querer un .xxx porque alguien le puede dar un uso que les perjudique", añade Pereira.
La empresa estadounidense ICM Registry, que gestiona este dominio de primer nivel (como lo son los .com o .org), peleó durante una década para conseguir que se aprobara el nuevo dominio orientado al entretenimiento para adultos. "Hemos puesto mucho dinero en esto y diez años de sangre, sudor y lágrimas", dijo el director ejecutivo de ICM, Stuart Lawley, a AFP el pasado 6 de diciembre, cuando se abrió la fase de disponibilidad general. Hasta entonces ofrecía una doble vía reservada a los propietarios de alguna marca: a las empresas pornográficas, para registrar su dominio .com al nuevo .xxx y, por otro lado, al resto de organizaciones, la opción de bloquear su marca con el nuevo sufijo.

Más de 100.000

En las primeras 24 horas del periodo de disponibilidad general se reservaron 54.000 dominios .xxx y, según ICM Registry, hicieron una caja de tres millones de dólares. Esto hay que sumarlo a unos 104.000 dominios reservados en la fase previa, donde los dominios .xxx eran hasta diez veces más caros. Los que reservaron antes de diciembre han tenido que pagar entre 1.200 y 3.000 dólares para bloquear 10 o 25 años un dominio que no van a usar. La relación era de un 20% para los sitios porno.
Sin embargo, la tendencia no sería uniforme. Según datos de CDmon, otro de los registradores españoles autorizados, antes de la fase libre, el 37% de las solicitudes estaban relacionadas con el sector pornográfico y un 63% con el bloqueo de nombres. En la fase libre del dominio, un 68% de los registros están relacionados con el sector del porno y un 32% para la protección de marcas.
Todos los grandes nombres, desde Google hasta Coca-Cola, bloquearon sus nombres en la previa. Estos registros defensivos buscan evitar la ciberocupación o hacer negocio con la fama de los demás. Unos, por la vía de intentar revender el dominio .xxx al dueño del nombre, otros para hacer negocio atrayendo visitas por error y, el resto, simplemente, por mancillar el buen nombre.
De hecho, ya han empezado los problemas. ICM Registry ya ha tenido que anular registros de ciberocupas, como WashingtonPost.xxx o VerizonWireless.xxx. Pero la cosa no será tan sencilla con los nombres que no son marca registrada.

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