En los últimos años, una aplicación universal de mensajería por internet, WhatsApp, se ha ganado un hueco en millones de móviles de todo el mundo. Su secreto es funcionar por internet y ser multiplataforma. Sus usuarios pueden comunicarse con mensajes cortos gratuitos –si se tiene una tarifa plana de datos en el teléfono– y no hace falta que los dos interlocutores tengan el mismo tipo de aparato. Se puede enviar de un Android a un iPhone o de un Symbian a una BlackBerry. Cualquier combinación funciona. Este servicio, que ha funcionado mejor que la mensajería SMS, lleva un tiempo sufriendo cuelgues temporales. El último, ayer por la tarde, de poco más de una hora, generó inquietud en redes sociales.
Los fallos de WhatsApp recuerdan a los que sufrió hace unas semanas BlackBerry en su red de datos. Precisamente esta compañía es pionera en la utilización de un sistema de mensajería propio, BB Messenger, que se salta los SMS para comunicar a los propietarios de estos aparatos de forma gratuita. De hecho, es una de las causas de su éxito entre el público joven.
La mensajería instantánea gratis se ha convertido en el nuevo grial de la telefonía. Todo gracias al éxito de WhatsApp. Con un número creciente de usuarios, la aplicación se ve cada vez más en problemas. El pasado 8 de noviembre sufrió una caída. El 1 de diciembre tuvo otro cuelgue de una hora. Ayer volvió a las andadas.
Para entender la inquietud que causa este anómalo funcionamiento en millones de personas, basta tener en cuenta que WhatsApp es la aplicación líder de mensajería móvil y que maneja alrededor de 1.000 millones de mensajes diarios en todo el mundo. El coste para el usuario es tan sólo el de la primera vez que descarga la aplicación, que es de pago.
El éxito de esta iniciativa ha empujado a otras compañías a crear sus propios servicios gratuitos. Apple ha estrenado iMessage con el nuevo sistema operativo iOS 5, Samsung ha creado ChatON y hasta compañías de internet como Yahoo! o Facebook han creado sus propios servicios de mensajerías.
Quienes han sufrido más el potencial de WhatsApp, muy sencillo de utilizar, son los operadores de telefonía, que han visto bajar considerablemente sus ingresos por SMS. Las principales operadoras de telefonía móvil del mundo empezarán a ofrecer a partir del próximo año el sistema RCS-e, un sistema similar. Su ventaja, según argumentan, es que al depender de todas las operadoras será más difícil que ocurra una gran caída del servicio.
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