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2011/12/14

El petróleo distancia a Canadá de Kioto

Con la decisión de retirarse del Protocolo de Kioto para la reducción de gases invernadero Canadá ha desplazado circunstancialmente a Estados Unido del papel de "malo" de la película que protagonizan quienes proponen medidas para salvar el medio ambiente, quienes aspiran que se haga sin afectar la economía y quienes simplemente no creen que esté pasando algo que requiera acciones internacionalmente coordinadas.
"El Protocolo de Kioto no representa una vía para Canadá", dijo este lunes el ministro de asunto ambientales Peter Kent, aduciendo que "Kioto está en el pasado. Y por eso estamos invocando el derecho legal de Canadá de retirarnos".

El anuncio hecho desde Ottawa por Kent, justo al regreso de la XVII Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático, que se realizó en Durban, Sudáfrica, no sorprendió demasiado ya que se venía especulando con la posibilidad desde hacía semanas.
Además la medida parece complementar el alineamiento con EE.UU. que ha venido poniendo en práctica el gobierno conservador del primer ministro, Stephen Harper.
Con el abandono del liderazgo que ejercía Canadá en temas ecológicos, se podría complicar el cumplimiento de Kioto y perjudicar las futuras negociaciones para el medio ambiente.

Efecto dominó

Según los acuerdos de Kioto, los canadienses debían tener en 2012 emisiones 6% por debajo de los niveles de 1990, año en el que se firmó el compromiso.
Sin embargo, ya en 2009 el nivel estaba 17% por encima, en gran medida por el desarrollo de su pujante industria petrolera en Alberta.

La falla en cumplir con el objetivo implica una multa de unos US$14.000 millones, que según el ministro Kent, "los contribuyentes canadienses no deberían tener que pagar".
Aunque Canadá produce menos del 2% de los gases de efecto invernadero, algunos ambientalistas aseguran que la decisión podría tener graves consecuencias para el futuro del debate ambiental.
"Para Canadá implica una tremenda pérdida de credibilidad. Y va a hacer a países que ya son suspicaces mucho menos proclives a confiar en este tipo de tratados internacionales", aseguró a BBC Mundo, John Bennett, presidente de la oficina canadiense del Sierra Club.
"Si un país rico y en otro tiempo líder ambiental como Canadá no puede o no quiere reducir sus emisiones, ¿lo van a hacer los países en desarrollo?".
Sin embargo, Bennett no teme que vaya a producirse un efecto dominó con países grandes siguiendo el ejemplo canadiense y denunciando el tratado.
"No creo que vayamos a ver a Japón desprestigiándose a sí mismo de esta manera, mientras que Rusia estará ocupada con sus asuntos políticos domésticos. Así que no habrá un efecto dominó, pero se van a reducir las ambiciones globalmente".

Arenas bituminosas

Uno de los argumentos canadienses es que sin la participación de EE.UU. y China, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero, los acuerdos de Kioto no pueden funcionar adecuadamente.
El ministro Kent explicó que existe la preocupación de que la economía nacional salga perjudicada si se trata de cumplir con los compromisos de Kioto.
"Alcanzar los objetivos de Kioto en 2012 equivaldría a sacar cada uno de los autos de las vías canadienses, o clausurar completamente todo el sector agrícola y cortar la calefacción para cada casa, oficina, fábrica o edificio en Canadá", aseguró Kent.

Pero según explica el corresponsal de asuntos ambientales de la BBC, Richard Black, la verdadera razón que determinó la salida canadiense del acuerdo internacional son las arenas bituminosas del oeste del país.
El desarrollo de esos yacimientos, favorecido por el avance tecnológico y los altos precios del crudo, promete elevar el perfil de Canadá como proveedor de energía en los próximos años.
"Extraer algo que se pueda usar de las arenas bituminosas requiere sustancialmente más energía que extraer petróleo convencional y sustancialmente mayores emisiones de gases invernadero", explica Black.

Alineamiento norteamericano

En 2009, en la Convención de Cambio Climático de la ONU que se realizó en Copenhague, la delegación canadiense explicó que reduciría sus emisiones, pero "alineada" con las de EE.UU., país que realiza un plan "voluntario" de reducción.
"EE.UU. frecuentemente seguía a Canadá en temas ambientales, pero esta decisión hará más difícil hacer que EE.UU. cambie de posición, algo que de por sí no iba a ser fácil", explicó John Bennett a BBC Mundo.
Aunque desde un punto de vista político podría parecer extraño ese alineamiento, en términos comerciales tiene la lógica de la coordinación entre los dos principales socios comerciales.
La principal necesidad estadounidense en materia de seguridad es reducir su dependencia del petróleo y, particularmente, de fuentes "complicadas" como las del Medio Oriente.
Entre otros recursos que abundan en Canadá y que necesitarán los estadounidenses para alimentar su economía están el agua, y los productos agrícolas y forestales.
Canadá pueda no estar haciendo muchos amigos en la escena ecologista, pero está asegurando la productiva relación con su principal socio y único vecino.

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