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2011/12/19

Cómo calmar el susto de ser millonario

Mientras mucha gente rica quiere ser más rica, otros están descubriendo el placer de la filantropía y regalando parte de su fortuna. Son los nuevos filántropos: los ricos con conciencia.
Cuando Anne se convirtió en una multimillonaria, luego de que su compañía empezó a cotizar en la bolsa en 2001, estaba petrificada. Temía que su riqueza ahuyentaría al hombre que amaba y que sus amigos la abandonarían.

"Caminé de un lado al otro en mi pequeña sala durante unas cuatro horas, con mi estómago hecho un nudo del susto, pues había esta persona en particular a la que no quería perder", le cuenta a la BBC. "¿Qué iba a pasar cuando le contara?".
Diez años más tarde, muy poca gente sabe cuán rica es Anne... y ese no es su nombre real. Habló con la BBC acerca del cambio dramático que tuvo en su vida, pero sólo bajo condición de anonimato.
Su historia saca a la luz la otra cara del sueño que tantos tienen de volverse de repente fantásticamente ricos.
¿Cómo manejar los desequilibrios que genera en las relaciones y amistades? ¿Cómo se siente tener tanto cuando quienes le rodean tiene tan poquito? Y, ¿qué hacer con todo ese dinero?

Egoísmo y codicia

Para el alivio de Anne, el hombre que amaba no la abandonó y ahora están casados.

"Ambos estamos increíblemente agradecidos de que nos conocimos antes de que llegara el dinero", dice, pero muchos de sus amigos aún no saben lo que pasó.
No era sólo el miedo de perderlos lo que le preocupaba a Anne.
La sensación de que ella no se merecía esa fortuna era "una gran parte" de la razón de la ansiedad. Por otro lado, se acuerda de que cuando era niña creía que la gente rica no era buena gente.
Además le preocupaba perder el contacto con el mundo real. "Siempre hay gente que tiene más dinero que uno así que uno empieza a pensar 'realmente no soy tan rica: yo tengo un millón y él tiene 10 millones'".
"Uno empieza a sentir que uno es rico porque es su derecho. Yo creo que es eso lo que uno a veces ve en grupos de gente rica y pienso que es una defensa a esa sensación de realmente no merecerlo".
"El creerse con derecho a tener lo que se tiene da la impresión de ser egoísta y codicioso. Es resultado del aislamiento y, en cierto sentido, de miedo, pues una vez que se empieza a frecuentar a otra gente que tiene un nivel similar de riqueza todo es más fácil, pero uno comienza a vivir en una burbuja".

Nuevos filántropos

Anne se siente ahora más cómoda con su fortuna luego de unirse a un pequeño grupo de gente rica que dedican su tiempo a la filantropía: la Red para el Cambio Social.

Le ajustó como anillo al dedo el hecho de que le ayudara a "usar el dinero para el bien y para marcar una diferencia en vez de permitir que el dinero me usara".
Sigue viviendo en una modesta casa y divide su fortuna en dos: una parte para la familia y la otra para la caridad.
Y no está sola. Es sólo un ejemplo de lo que algunos denominan "los nuevos filántropos".
"La gente empezó a hablar acerca de la nueva filantropía en los últimos 10 años más o menos y fue cuando se estaban produciendo olas de dinero en el sector financiero británico", dice Martin Brookes, el exdirector ejecutivo de New Philanthropy Capital.
"También sucedió luego de que se dieran algunos gestos filantrópicos de alto perfil, como la creación de la Fundación Bill Gates".
Los nuevos filántropos a menudo se enfocan en iniciativas comerciales y quieren involucrarse en la manera en la que los fondos se usan, más que en hacer donaciones directamente a una institución de caridad, señala Brookes, en entrevista con la BBC.

La lista de los ricos

La filantropista y empresaria Stephanie Shirley solía aparecer en la lista de los más ricos del Reino Unido, pero ya no es así.
"Tenía US$250 millones pero perdí parte con el colapso del .com y ya regalé lo suficiente como para que me sacaran de la lista".
"Estoy terriblemente orgullosa de eso, pues para mí el dinero que no está trabajando es de alguna manera obsceno", le dice a la BBC.
Parte de su necesidad de dar viene de su pasado.
En 1939 llegó al Reino Unido como una refugiada de Alemania. Fue adoptada y siente que le dieron muchas cosas, así que ahora es su turno de dar.
Se concentra en dos áreas: tecnología informática, que es su disciplina profesional, y autismo, que sufrió su hijo que falleció.
"Casi siempre hay un elemento autobiográfico en la caridad de la gente", señala Beth Breeze, investigadora del Centro de Filantropía y Caridad de la Universidad de Kent.
"Esencialmente, la gente dona a causas con las que se puede relacionar, así que no depende de la necesidad, sino de la pasión o el gusto", apunta Breeze.
Anne, como muchos filántropos, disfruta de la calidez que se siente al dar.
"Para mí es realmente importante que se refleje en la comunidad, en los amigos, la sensación de que uno tiene un propósito y está haciendo algo que vale la pena".
"Así que la razón de ser del dinero es el maximizar mi felicidad".

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