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2011/12/09

Ciencia mayúscula: Más allá de la ficción

La vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes, a la altura de la visión de Isabel la Católica cuando decidió financiar la expedición de Cristóbal Colón hacia las Indias. Durão Barroso, su presidente, con la determinación y la audacia de John F. Kennedy de asegurar que EEUU debía poner un hombre en la Luna. Puede que dentro de una década estas comparaciones no nos resulten tan extravagantes. Europa quiere sacar músculo y el camino más directo hacia hitos históricos de este calibre es poner cientos de millones de euros encima de la mesa de los mejores científicos europeos.
La iniciativa que da amparo a esta idea, llamada Flagships (Buques insignia), se puso en marcha hace un par de años pero es en estos días en los que empieza a materializarse como proyectos reales de ciencia de vanguardia. Seis propuestas tan ambiciosas que parecen sacadas de un libro de Isaac Asimov o una película de Steven Spielberg, y que aspiran a ser uno de los dos buques insignia que la Comisión financie con cien millones de euros anuales durante diez años. Los proyectos elegidos, que se pondrán en marcha en 2013, surgirán de la media docena de aspirantes que se presentan a continuación y que ya disfrutaron de millón y medio de euros para convertirse en proyectos pilotos que demuestren su viabilidad.
En mayo o junio de 2012 conoceremos a los elegidos. Una tarea que no debería de ser fácil, ya que cada una de estas iniciativas cuenta con el respaldo de numerosas instituciones científicas, las más prestigiosas del continente, y de los investigadores europeos más sobresalientes. La Comisión pretende que los países miembros aporten dinero directamente, lo que les daría capacidad de influir en la elección. Los seis proyectos cuentan con destacada participación española.

Los seis proyectos del Flagships de la ciencia europea

RoboCom: Revolucionar la vida con los adelantos de la robótica

El proyecto Robot Companions for Citizens (RoboCom) pretende cambiar el mundo exprimiendo todo el potencial de la robótica. Inicialmente, esta propuesta se centrará en desarrollar los avances necesarios para alcanzar tres objetivos. El primero, poner en el mercado robots de compañía para ayudar a dependientes o a la tercera edad. El segundo, máquinas que sirvan para ayudar en caso de desastres naturales, ya sea en la búsqueda de supervivientes o en la protección de determinados intereses. Por último, RoboCom quiere crear tecnología que aumente las capacidades físicas operativas de los trabajadores, como exoesqueletos que permitan levantar pesos impensables. “Vamos a crear un nuevo paradigma industrial”, avanza Carlos Balaguer, del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de Madrid, miembro del comité asesor internacional del proyecto. “Se trata de una propuesta directamente aplicable a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, añade Balaguer. Este experto indica que desarrollarán avances científicos para la creación de nuevos biomateriales, más ligeros e inteligentes, y nuevas baterías. Además, deberán superar el reto tecnológico de crear robots más eficaces, seguros y con interfaces amigables. También trabajarán aspectos éticos como la responsabilidad y el trato a los robots.

Future of Medicine: Tecnología de la información para predecir enfermedades

La filosofía de esta iniciativa es sumar a tres tipos de actores principales: centros de investigación puntera en medicina, empresas de secuenciación de genomas y empresas de informática. La suma de sus saberes se mezclará en la coctelera de la supercomputación para dar a los profesionales de la medicina toda la información posible del paciente. Incluso del futurible paciente: los médicos tendrán diagnósticos años antes de que el mal aparezca, gracias a la información genética del individuo. “Es el proyecto bandera de la medicina preventiva y del futuro”, explica el investigador del Centro Nacional de Análisis Genómico de Barcelona, David Badia, implicado en la iniciativa Future of Medicine (FoM). En un primer paso, se creará un paciente piloto a partir del análisis de su ADN, para prevenir enfermedades o problemas futuros. Además, se trabajará para descubrir cómo las tecnologías de la información pueden ayudar a desarrollar “sistemas de predicción de la salud”, señala Badia. Grandes farmacéuticas ya han mostrado su interés por el proyecto, que podría revolucionar la medicina: “Toda esa información también servirá para preparar nuevos productos frente a los problemas de salud”, advierte este investigador, quien asegura que el proyecto pretende afrontar los problemas éticos derivados de sus logros.

Human Brain: Supercomputación para revelar el cerebro humano

El Human Brain Project pretende “revolucionar el estudio de la medicina asociada al cerebro” sirviéndose de las tecnologías de la información, según expone uno de los investigadores que han puesto en marcha esta iniciativa, José María Peña, del Centro de Supercomputación y Visualización de la Universidad Politécnica de Madrid. En un principio, se proponen realizar la recogida de gran cantidad de material e información sobre el cerebro humano, desde biología molecular y tejidos a imágenes generadas de su funcionamiento. A partir de ahí, y gracias a la ayuda de la supercomputación, pretenden “construir modelos para ir simulando cada vez partes más grandes y más complejas del cerebro”, explica Peña. Los pasos siguientes irán encaminados a un doble objetivo: conseguir simular su laberíntica realidad y aprovecharla “de vuelta” en el desarrollo de la informática. El conocimiento del cerebro humano supondrá un desarrollo imparable de la computación, según Peña: “Por ejemplo, en lo referido al consumo. El cerebro humano consume cuatro vatios realizando esfuerzos que su equivalente en ordenadores necesitaría de la alimentación de varias centrales nucleares”. Esa es la baza doble que juega en favor del proyecto: mejora de la salud y máquinas neuroinspiradas.

Grafeno: Desarrollar todo el potencial del material del futuro
Será un bombazo para la investigación”, dice el investigador del CSIC Francisco Guinea, uno de los mayores expertos en grafeno de España y miembro del comité supervisor del proyecto que propone desarrollar todo el potencial de este material bidimensional de innumerables aplicaciones. Esta iniciativa, que ya cuenta con el respaldo de empresas del calibre de Nokia, Texas Instruments, Samsung, IBM y Airbus, podría considerarse como el más industrial de todos los proyectos en liza, en una competencia mucho más enfocada a la ciencia básica. “El grafeno es de lo más prometedor que tenemos hoy en la ciencia; sirve para todo y todavía estamos comenzando a conocer sus capacidades”, cuenta Guinea, que enumera sus posibilidades en campos como la electrónica, la energía y la informática, y sugiere que puede llegar a tantos lugares de la vida cotidiana como lo hizo hace décadas el plástico, pero con una salvedad: es un material inteligente. En el proyecto participan los dos investigadores de la Universidad de Manchester que ganaron el Nobel de Física en 2010 por avanzar conocimientos sobre este material, Andre Geim y Konstantin Novoselov. La Comisión ya ha mostrado su intención de respaldar económicamente esta iniciativa aunque no salga elegida.

Guardian Angels: La tecnología que vela por el bienestar de su portador

Se trata de sistemas autónomos e inteligentes que acompañarán a las personas para proporcionar un análisis eficaz y eficiente de su situación y del estado de su entorno”, resume el investigador de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), el español David Atienza, director adjunto del proyecto Guardian Angels (Ángeles de la Guarda). Según explica Atienza, su idea es que unos pequeños sensores colocados sobre el cuerpo humano realicen una constante monitorización, mientras se controla el medio en el que está o por el que se desplaza. De ese análisis global, el Ángel Guardián podrá proponerle recomendaciones al usuario para mejorar su bienestar: desde que tome una chocolatina para mejorar su nivel de azúcar a evitar una calle en un paseo con elevados niveles de contaminación. “Nosotros ya hemos desarrollado un germen con la monitorización de arritmias del corazón en tiempo real, que se comunican directamente al móvil del usuario”, explica Atienza. El proyecto aspira a que los sensores inalámbricos permitan al individuo interactuar con todo su entorno (ya sea el tráfico, su médico o su puesto de trabajo) sin gasto de energía, ya que esta tecnología será autosuficiente, alimentándose de la producida por el propio cuerpo de la persona o recogiéndola de su entorno.
FuturICT: Toda la información del mundo para prevenir crisis
La posibilidad de adelantar todo tipo de eventos sociales, políticos, medioambientales e incluso económicos es el reto que se plantean en la iniciativa FuturICT. Esto es, aplicar todo el potencial de la supercomputación y el manejo de cantidades monumentales de datos e información a las ciencias sociales, del mismo modo que otro proyecto rival, Future of Medicine, lo quiere aplicar a la salud y el tratamiento de las enfermedades. “Es hora de revelar los procesos y las leyes ocultas que transforman las sociedades a través de un trabajo conjunto, y un esfuerzo multidisciplinar a gran escala”, aseguraba a Público el líder del proyecto, Dirk Helbing, del Instituto Suizo de Tecnología, tras la presentación de su propuesta a principios de año. Según sus cálculos, cuando el proyecto se ponga en marcha estarán realizando la mayor recopilación de conocimiento jamás emprendida. Con una intención: procesar todos los datos para desentrañar la complejidad de las relaciones humanas que gobiernan el mundo, entenderlas, analizarlas y adelantarse a ellas. Según los responsables, serán capaces de evitar escenarios negativos para la sociedad porque tendrán desmenuzados los mecanismos que están detrás de desastres financieros, crisis medioambientales y pandemias.

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