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2011/11/30

Violines casi Stradivarius gracias a los rayos X

Gracias a la tecnología de rayos X que se usa para detectar cáncer y lesiones, se hizo una réplica de un violín Stradivarius, según informaron investigadores de Estados Unidos.
El grupo de científicos utilizó un escáner de tomografía axial computarizada para revelar los secretos del instrumento de 307 años.

Con la información que se obtuvo, construyeron "copias casi exactas" al original.
El equipo señaló que la técnica podría ser usada para darles a los músicos acceso al instrumento de características únicas.
El estudio se presentó en la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA por sus siglas en inglés) en una conferencia en Chicago.

Disparo

Al radiólogo Steven Sirr se le ocurrió la idea de usar escáneres de tomografías computarizadas para obtener imágenes de violines en 1988.
En esa época se desempeñaba como profesor asistente de la Universidad Minnesota y, con frecuencia, llevaba su violín a la oficina para practicar cuando hubiese un momento tranquilo.
Durante un fin de semana, se le pidió que supervisara el procedimiento de escaneo de una persona que había sufrido la herida de una bala.
"Puse el violín en una mesa, cerca del escáner, y cuando el paciente fue llevado al pabellón de cirugías, me volteé y lo vi (el violín). Pensé que sería interesante escanearlo", le dijo Sirr a la BBC.
Pensaba que encontraría una cáscara de madera llena de aire, pero estaba errado.
"Hay mucho de anatomía. Estaba acostumbrado a analizar la anatomía de las personas. (En las tomografías del violín) vi muchos detalles que no entendía. Por eso se las mostré a mi amigo John Waddle, que es un fabricante de violines", indicó.

Copias

En los años posteriores a ese primer "experimento", Sirr y Waddle escanearon cientos de instrumentos, incluyendo guitarras, mandolines y otros violines.
Las imágenes de los instrumentos más antiguos mostraron agujeros de gusanos, pequeñas grietas y otros defectos que ayudaron a crear sus distintivos sonidos.
Le pidieron prestado a la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, un Stradivarius conocido como "Betts", que todavía tenía, en su interior, la placa original de su creador: el italiano Antonio Stradivari.
Junto a Steve Rossow, otro fabricante de violines, Sirr y Waddle crearon tres réplicas.

Computadora

Para hacer las copias, tuvieron que sacar más de 1.000 tomografías axiales computarizadas del instrumento original y las convirtieron en un archivo de computadora que les permitió simular un objeto tridimensional con ayuda de un software de diseño asistido.
"Usamos las imágenes para determinar la densidad de las maderas del violín. Eso se podía hacer si la pieza era diseccionada y medida. Evidentemente, eso nunca iba a pasar", indicó Sirr.
Los archivos fueron transmitidos a una máquina de control numérico computarizado. Dicha información fue la clave para tallar cuidadosamente las piezas con diferentes tipos de madera que se escogieron. Las mismas fueron seleccionadas para que se parecieran lo más posible a las originales.
Los instrumentos fueron ensamblados y barnizadas a mano.
"Las copias son increíblemente similares a los originales en lo que respecta a la calidad de sonido", señaló el doctor Sirr.
"Cuando hacemos el violín, copiamos los cambios que han ocurrido en más de 300 años, incluyendo las variaciones de la madera. Copiamos las pequeñas deformaciones de las tapas, que se ha producido debido a la fuerza de las cuerdas y de otras partes del violín".

Clásicos baratos

Sirr señaló que espera repetir el proceso con otros instrumentos antiguos y espera que su trabajo ayude en el futuro a pavimentar un camino para que los estudiantes puedan tener acceso a "copias casi exactas" de los originales.

El decano de la mundialmente reconocida escuela Juilliard, de Nueva York, le dio la bienvenida a la posibilidad que abrió la obra de Sirr.
"Cualquier músico de un instrumento de cuerdas que se gradúa en un gran conservatorio enfrenta una inmensa crisis cuando sale: cómo obtener un violín que esté a la altura para desarrollar una carrera de primer nivel", señaló Ara Guzelimian.
"Con la inflación y los precios tan altos de los violines antiguos y obviamente de los que encabezan la lista, los Stradivarius, esas piezas están fuera del alcance de cualquier persona, con excepción de inversionistas y fondos de inversión. Por eso, si hay una forma de poner en las manos de un joven violinista un violín excelente por la fracción del precio, se le debe considerar un paso adelante".
Un Stradivarius conocido como clic Lady Blunt fue vendido en junio en US$15.9 millones en una subasta benéfica. Esa cifra representó más de cuatro veces el récord previo que se pagó por un instrumento hecho por el famoso artesano italiano de los siglos XVII y XVIII.

Experiencia

El renombrado lutier Samuel Zygmuntowicz indicó que los fabricantes de violines han estudiado Stradivari, Guarneri y otros instrumentos clásicos para hacer que sus piezas emitan sonidos lo más similar posible a esos instrumentos.
Aseguró que el trabajo de Sirr podría ayudar a democratizar el estudio de violines antiguos. Sin embargo, añadió que incluso los lutiers más duchos, seguirán siendo necesarios.
"Este proceso permitirá hacer más eficiente el esfuerzo de copiar un instrumento", dijo Zygmuntowicz.
"Pero el último tramo (del proceso), el último 2%, todavía implica un criterio exacto sobre el espesor relativo de la madera, la fuerza precisa de los refuerzos, la cantidad exacta de barniz, las preparaciones de la madera y, en general, la optimización de la forma como un todo".
"Por eso diría que un fabricante experto con esto en sus manos podría ahorrarse bastante trabajo y un artesano sin muchas destrezas se ahorraría una cierta cantidad de educación".

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