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2011/11/30

Un programa para ser más críticos con lo que leemos

No es un detector de mentiras. No es la verdad. Sólo una fuente de información más para que cada uno saque sus propias conclusiones. “Me gusta describir lo que hago como una interfaz que ayuda a los usuarios a pensar más detenidamente en lo que significa lo que leen online”, asegura Dan Schultz a LaVanguardia.com.
El estudiante del grupo de investigación sobre Ecología de la Información del MIT Media Lab está escribiendo un software que permitirá detectar frases “sospechosas” en algunos textos de la red. Es decir, frases que pueden contener datos que no son exactos o que pueden ser falsos, “aunque también puede ser que sean ciertos”, exclama.
El objetivo, insiste, es crear una interfaz que recuerde a los usuarios que “tienen que pensar un poco al leer según qué”. La base de datos de contenidos para desarrollar la herramienta se la cede PolitiFacts, un sitio mantenido por el Tampa Bay Times (antes, St Petersburg Times) con el que ha llegado a un acuerdo, que ya evidencia afirmaciones inexactas de los políticos americanos a través de su Truth-o-meter o termómetro de la verdad.
Schultz asegura que su plan es “automatizar al máximo el proceso”. “Con las frases que incluyen números, sitios o nombres específicos es relativamente fácil. Con las que exigen más comprensión, es necesaria la ayuda humana”, explica. “El reto del proyecto no está en la tecnología sino en la interfaz”, añade.
“La gente tiende a pensar que lo que concuerda con sus ideas y sus creencias es cierto, y viceversa. Lo que trato de hacer es cambiar esa tendencia para que la gente sea más crítica, pero sin disparar sus mecanismos de defensa.” No es fácil en un momento en el que cuesta prestar atención a más de 140 caracteres. “Consumimos una gran cantidad de información cada día y no siempre podemos ser escépticos porque no tenemos tiempo. Ésa es la razón por la que creo que necesitamos herramientas como ésta”, insiste.
Una herramienta, que Schultz quiere que sea abierta, y que complementa otro de los proyectos en los que participa: el MediaRDI, que “trata de crear etiquetas nutricionales de información para que todo el mundo pueda controlar su dieta mediática”. “Tal vez no te importe que el 90% de lo que lees sea entretenimiento, pero también puede pasar que simplemente no seas consciente de ello. Tener métricas es el primer paso para ayudar a la gente a cambiar sus hábitos de consumo en este sentido. Además, el proyecto también ayudar a los medios de comunicación a entender mejor el tipo de producto que están ofreciendo”, concluye.

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