Las cualidades del grafeno no dejan de asombrar a la comunidad científica. Ahora investigadores de la Universidad de Cambridge han demostrado que este material derivado del grafito y descubierto por sus colegas de Manchester en 2004 se puede utilizar en procesos de chorro de tinta para “imprimir” circuitos.
El avance se ha conseguido basándose en técnicas de impresión ya conocidas para la construcción de productos electrónicos flexibles como pantallas táctiles, papel electrónico, etiquetas RFID o células fotovoltaicas. Y ha conseguido mejorarlas en rapidez y estabilidad al descubrir que el grafeno puede ser usado en sustitución de las nanopartículas de metal tradicionales.
El mayor reto al que se ha enfrentado el equipo universitario, precisamente, es la fabricación de esa tinta a base de grafeno. Y es que necesita ser separado del grafito, centrifugado para eliminar las partículas más grandes y combinado después con disolvente.
Además de la alta movilidad del grafeno, “sus propiedades mecánicas y ópticas son ideales para los sistemas micro y nanomecánicos, transistores de película fina, compuestos y electrodos transparentes y conductivos, y fotónica”, explican los investigadores, lo que permite imprimir incluso los dispositivos más pequeños.
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