El botón de "me gusta" se ha sustituido por el "+1". Este es el cambio más visual, pero no el único. Google intenta unificar el criterio y la imagen de todos sus servicios. Google Reader, integrado dentro de Gmail, permite suscribirse a blogs y medios para estar al día del contenido que interese al usuario. Una de sus fortalezas era su facilidad para compartir un artículo que gustase. Se podía, por ejemplo, enviarlo a otros contactos, suscribirse a los gustos de amigos y comentar directamente dentro del servicio.
En lo sucesivo habrá que pasar por Google +, el último intento de red social de Google, para decir que un contenido nos gusta y queremos que lo vean nuestros contactos.
Google es consciente de lo arriesgado de su decisión, tanto que al final del anuncio de las novedades incluye un enlace para exportar las suscripciones de aquellos que decidan abandonar el servicio.
Kevin Fox, que trabajó en la creación de Google Reader, considera que la integración no es adecuada: "Tendrían que haber reconstruido la parte social desde el principio, basándose en la interfaz de diseño de aplicaciones, de Google +". No lo llama chapuza, pero sí enlaza a aquellos que se quejan amargamente con una fina ironía: "Ocupar Google Reader" (en inglés), una llamada desesperada para llamar la atención de Google. Tanto el Washington Post como Forbes se hacen eco de la polémica.
Brian Shih, que también trabajó en la interfaz de Google Reader, antes de fichar por una empresa de videojuegos, lo critica en profundidad, sin paños calientes: "¿Una terrible decisión o la peor decisión?".
Google estrenó Google + (leído Google plus) en el mes de junio. A pesar de las mejoras constantes, los números no han terminado de explotar ni goza de la popularidad de Facebook o Twitter.
El nacimiento de este servicio estuvo rodeado de polémica, pues Google cerró algunos de sus desarrollos para centrarse en este. Google Reader parece haberse salvado de la quema pero no ha satisfecho a sus fieles.
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