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2011/07/18

Marte: relevo generacional

Los desolados paisajes de Marte van a ser el escenario de un relevo generacional único. Un robot de exploración armado con un rayo láser y alimentado por energía nuclear está listo para ser lanzado hacia el planeta rojo desde Cabo Cañaveral. Se trata del Curiosity, que encarna una nueva generación de coches marcianos más grandes, más pesados y posiblemente mucho más duraderos que sus predecesores. La decisión sobre su destino final se espera a finales de este mes. El primer finalista es el cráter Gale, cuyos suelos de hace unos 3.800 millones de años son lo más parecido a una fotografía de cuando Marte era un jovenzuelo cubierto de océanos. El segundo es el cráter Eberswalde,
donde existe el espectacular delta de un antiguo río en cuya corriente, al igual que en Gale, pudo haber vida. Por primera vez, un rover está equipado para calentar muestras de roca o tierra y detectar en ellas rastros de marcianos en forma de moléculas orgánicas complejas como el ADN.
"Si hay alguna criatura en el suelo la calentaremos y seremos capaces de olfatear sus componentes", explica Nilton Renno, profesor de ciencias del espacio de la Universidad de Michigan (EEUU).
El pasado jueves, Renno estaba sentado en un claustro cercano al Monasterio de El Escorial, en Madrid, donde participó en el curso de verano "Marte y Sociedad" sobre el futuro próximo de la constante exploración robótica de Marte y la aún hipotética conquista humana del planeta.
¿Cómo es de bueno el Curiosity? El profesor apuntó con el dedo al otro extremo del jardín. "Tenemos hasta un láser como en La Guerra de las Galaxias con el que podemos apuntar a una roca a distancia y analizar su composición", aseguró Renno, que forma parte del equipo español que ha diseñado el instrumento REMS con el que el Curiosity medirá la temperatura, la humedad, el viento y la radiación a ras de suelo y cuyo desarrollo ha dirigido Javier Gómez-Elvira, del Centro de Astrobiología, en Madrid. "Es más sofisticado que ningún otro artefacto que hayamos lanzado", presumió Renno.
Pero, mientras la NASA ultima los preparativos para lanzar el Curiosity, que despegará en noviembre, la anterior generación de robots marcianos se resiste a jubilarse. Se trata del tenaz Opportunity, un peso pluma de 185 kilos que debía durar tres meses. Contra todo pronóstico, lleva siete años en servicio. "Estos vehículos están tan pasados de garantía que cada día es como un regalo", confesó durante el encuentro Steve Squyres, investigador jefe del Opportunity y su hermano, el Spirit.
El Opportunity está a un kilómetro y medio del filo del cráter Endeavour. Las arenas arcillosas de este boquete de 22 kilómetros de diámetro también atesoran grandes secretos, pues su composición parece del tipo que sólo se forma en presencia de agua líquida. No es la primera vez que sucede algo así, ya que, desde que aterrizaron en Marte, Spirit y Opportunity se han topado con muchos minerales que delatan la presencia pasada de agua líquida. Aunque de ahí a la presencia de vida hay un mundo, algunos expertos especulan que en aquellos océanos, lagos y ríos pudo suceder un proceso similar al que sucedió en la Tierra hace unos 3.800 millones de años.
"Una de las cosas que sabemos observando la Tierra es que la vida es muy pertinaz. Es muy difícil deshacerse de ella", señaló Squyres. "Puedes encontrarla en ambientes muy ácidos, salados, en las profundidades de la Tierra, lugares en los que no se esperaba que estuviese. Si la vida se generó en Marte, es bastante razonable proponer que haya podido encontrar nichos ecológicos en los que pueda seguir aún hoy", detalló Squyres.

Agua polar

Algunas bacterias podrían haber sobrevivido, como lo hacen en la Tierra, en las profundidades de la corteza marciana, donde el calor permitiría la existencia de agua. Otro posible foco de vida está donde ningún coche ha llegado: el Ártico de Marte. Sí fue explorado por el robot Phoenix, que, inmóvil, se clavó en Marte en 2008. Palpó el hielo marciano e incluso detectó gotas que parecían agua líquida. Phoenix murió el año pasado, pero sus hallazgos han servido para sustentar la hipótesis de que, bajo el hielo, puede haber pequeñas bolsas de agua líquida, según la tesis que defiende Renno, que fue parte del equipo de Phoenix.
Lejos de allí, Opportunity avanza 150 metros al día. A este ritmo y sin paradas llegará a Endeavour en "un mes y medio", según Squyres, que advierte de la incertidumbre. "Cada mañana me levanto y voy corriendo a mi ordenador para ver si Opportunity sigue vivo". Este año dio por perdido al Spirit, el hermano de Opportunity, atascado en un sombrío foso sin posibilidad de captar suficiente sol en sus paneles solares.
El Curiosity, no tendrá ese problema. En su interior, además de sus diez instrumentos científicos, hay una diminuta central nuclear que funciona con 4,8 kilos de plutonio. El combustible le proporcionará calor y energía para unos dos años, según la NASA. "Probablemente dure mucho más, unos diez años", aseguró Renno.
La misión ha pasado por importantes altibajos. Fue retrasada por dos años en 2009 y su coste se ha inflado hasta superar los 1.600 millones de euros, el doble que Spirit y Opportunity juntos. "Solo queda solucionar algunas cuestiones de software", aseguró Renno, que dice que las probabilidades de lanzamiento son "muy buenas". Si se pierde esta oportunidad, la misión tendría que esperar hasta 2013.

Europa se queda sin su primer coche marciano

Exomars
Europa tendrá que renunciar a fabricar y mandar al espacio su primer robot móvil de exploración. La cancelación del proyecto, llamado ExoMars, no se debe a problemas propios, sino ajenos. El socio de la Agencia Espacial Europea (ESA) en esta misión es EEUU. El plan era enviar a Marte dos coches de exploración en 2018, uno de EEUU y uno hecho íntegramente en Europa. Pero en abril la NASA, en medio de una crisis presupuestaria, anunció que no podía enviar dos ‘rovers’ y obligó a adelgazar la misión.
Versión ligera
La decisión sentó muy mal en Europa, que tuvo que paralizar la construcción de su vehículo. EEUU ha propuesto lanzar un solo ‘rover’, de fabricación propia. A cambio, los instrumentos científicos serían europeos. Los 18 países de la ESA se reunirán a finales de septiembre para acordar si siguen adelante con esta opción.

Publico

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