El representante español de la Internet Society (ISOC), Andreu Veà, miembro de la organización que, igual que conmina al gobierno chino a eliminar los filtros de acceso a la red para mantener el espíritu global de internet, trata de que España avance en la instalación de fibra óptica.
"Cuesta más conectarse a internet en el norte de Cataluña que en el norte de África, donde hay un cibercafé en cada esquina", ha criticado Veà en una entrevista, en la que ha lamentado que España "lleva 15 años de retraso a la hora de fibrear", algo que achaca a las decisiones de los gobiernos.
Según este experto, lo que podía haber sido "un gasto superfluo" si se hubiera establecido la obligatoriedad de instalar un cable de fibra en cada acera que se levantara, se va a convertir en "una inversión que solo puede asumir el Estado pues implica muchos riesgos para las empresas privadas: es una inversión a largo plazo".
De este modo, España se encuentra muy lejos de la situación de otros países como Corea del Sur, donde a finales de 2012 todo el territorio contará con una velocidad de acceso a Internet de un giga por segundo.
Veà ha defendido las bondades de este sistema de conexión, "con instalaciones que durarán décadas" y que servirán de impulso "a nuevas aplicaciones", de la misma manera que ocurrió cuando se dio el salto a la conexión ADSL "y la gente se preguntaba que para qué queríamos tanta velocidad".
Tejidos inteligentes o sistemas de "enriquecimiento semántico de la realidad", como gafas en las que se podrá ver algo así como un navegador para llegar a un destino o que ofrecerán los comentarios de los contactos de Facebook sobre un restaurante, son algunas de las aplicaciones a cuyo desarrollo podría dar impulso la proliferación de la fibra óptica.
"Todo esto nos va a cambiar la vida muy rápidamente", augura este experto sobre lo que ya se conoce como "Internet de las cosas", una conexión a la red de los objetos cotidianos que se hará más habitual con la llegada del protocolo de numeración de la red IPv6.
Precisamente la ISOC es una de las organizaciones que está tratando de que la transición a la nueva numeración transcurra sin incidentes, una labor que emprendieron hace siete años y que según Veà "cada vez se hace más difícil porque es como tratar de cambiar un motor a un avión en pleno vuelo".
Sin embargo, con la adjudicación de los últimos lotes de números del IPv4, "algunos proveedores de internet tendrán que adoptar cambios drásticos y rápidos, pero los usuarios finales no notarán diferencia alguna".
Estos cambios suponen un nuevo paso hacia adelante en la reciente historia de internet, que Veà está tratando de compilar a través del proyecto WiWiW.org, un quién es quién de la red que incluirá entrevistas con las personas que hicieron posible el inicio de la red.
"Estamos ante una oportunidad única, por primera vez podemos escribir la historia cuando sus protagonistas aún están vivos", comenta Veà quien ordenará los testimonios que van obteniendo con un criterio "estrictamente cronológico", un empeño para el que ya cuenta con más de 40 voluntarios de todo el mundo "para que por una vez, la historia no la escriban los vencedores a su manera".
20minutos
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