Los chips de ARM presentan problemas de compatibilidad con los servidores basados en Linux, algo que está trayendo de cabeza a los desarrolladores del sistema operativo de código abierto.
El asunto ha hecho aparecer en escena a Linus Torvalds, que ha amenazado con la posibilidad de dejar de incluir en el kernel los cambios que se refieren a ARM.
Torvalds ha explicado que los fabricantes de ARM apostaron por hacer sus productos compatibles con Linux y llevaron a cabo cambios en el kernel, pero esas modificaciones no estaban bien hechas y no funcionaban de forma correcta en los dispositivos de los usuarios.
Los propios fabricantes de ARM son conscientes del problema que han generado, y por ello han creado la organización Linaro, que engloba a la marca británica junto a empresas como Freescale, IBM, Samsung o Texas Instrumentos.
El objetivo de Linaro es poner en marcha un equipo de expertos que se encargue del correcto mantenimiento de los drivers de ARM en el kernel de Linux.
Actualmente, una de las prioridades es reducir el código que genera ARM, ya que un nuevo lanzamiento de productos asciende a 70.000 nuevas líneas del código, frente a las 5.000 líneas que componen el código para productos basados en la arquitectura x86.
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