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2011/06/06

El videojuego no es cosa de tres

Aunque su nombre desprenda cierta seriedad, Exposición de Entretenimiento Electrónico, E3 es la feria del mundo de los videojuegos, que comienza hoy en Los Ángeles. En 1995 se celebró la primera edición de esta reunión de los profesionales del sector, que desvelan las novedades y tendencias de la industria del juego electrónico. E3 solía ser un lugar para dar buenas noticias. Excepto los dos últimos, en los que la crisis también ha afectado a la industria tradicional del videojuego. En esta edición a las cifras negativas se añade una competencia más amplia y diversa que la de los tres grandes (Nintendo, Microsoft, Sony), como el mundo de las redes sociales, las aplicaciones de los móviles y los juegos multijugador por Internet. Todo ello es un acicate para que el E3 anuncie novedades.

Ya hace cinco años que se presentó la consola Wii de Nintendo, la primera en quitarse los botones y levantar al jugador del sofá. Sus competidores, Sony con Move, y Microsoft con Kinect, han seguido la estela. En esta feria, Nintendo va a presentar su sucesora, de la que solo se sabe, según su presidente, Satoru Iwata, que será "una nueva forma de jugar". La mayor parte de los adelantos que se ven en la feria llegan al mercado en noviembre, a punto para la campaña de Navidad.
Nintendo también presentará la primera actualización de la consola portátil 3DS, que incluirá navegador de Internet. Se prevé que aproveche la tecnología en tres dimensiones sin gafas, no solo para lanzar adaptaciones de clásicos con una experiencia más inmersiva, sino también para contenidos y películas pensadas para la 3DS. Habrá una aventura de Mario en versión tridimensional y una adaptación del clásico de carreras con toque de humor y visión infantil: Mario Kart 3D.
Con PlayStation 3, la tecnología Move como mando, y los karaokes de SingStar consolidados, Sony tiene ante sí varios retos. El primero, recuperar la confianza de sus clientes tras las sucesivas intrusiones y caídas de sus servicios PlayStation Network. El segundo, seguir aprovechando su potente máquina para atraer a los que buscan experiencias similares a una película. En este campo destaca L.A. Noire, un juego de intriga y acción de gánsteres.
La gran novedad de Sony será la renovación de su portátil, conocida todavía como NGP, aunque el definitivo podría ser PlayStation Vita. Llegará antes de fin de año y poco se sabe de su precio, pero el sector espera que no supere los 300 euros, pese a contar con un poderío cercano a su hermana mayor, PS3. La experiencia táctil es otra de las diferencias. La pantalla de cinco pulgadas y la parte superior del aparato será sensible al tacto. Una interacción hasta ahora sin explorar, pero que puede resultar novedosa en juegos de habilidad y coordinación, como son algunos puzles o los clásicos juegos de carreras.
Microsoft no tiene un perfil tan definido como Nintendo y Sony. Mientras que la primera tiene un aire más naíf, pensada para el entretenimiento casual y familiar, sin una dificultad de aprendizaje demasiado marcada, Sony es la consola de los jugones, los que entienden el juego como algo más que una diversión casual.
Xbox 360 combina ambos factores. El juego Halo sería el máximo exponente del perfil de jugador extremo y los juegos para Kinect, la del ocio ocasional. Como hizo con el ordenador personal, la firma quiere conquistar el salón. La adquisición de Skype podría ser una de las claves para utilizar la máquina Xbox con Kinect, como plataforma de comunicación interpersonal y de videoconferencia en pantalla grande.
Kinect amplía el espectro de diversión a la familia. Microsoft quiere potenciar esta tecnología hasta el punto de reconocer los movimientos de los dedos, lo que dotará a los juegos de un mayor control y realismo. Dentro de este mismo campo, se prevén utilidades como reconocimiento de signos y aplicaciones que ayuden a discapacitados.
Microsoft carece de portátil. El reto de jugar en cualquier parte y momento lo resuelve a través de la integración en los móviles de su sistema operativo Windows Phone 7, que incluye el acceso a Xbox. Así es posible continuar las partidas desde el teléfono o entrecruzar las tramas con la versión doméstica. Son los nuevos tiempos. La industria del videojuego deberá adaptarse o lo va a pasar mal. Los fabricantes de consolas tienen nombre de teléfono.

Las redes sociales rompen el sistema

La industria del videojuego era cosa de japoneses. Entre Sega, Nintendo y Sony se repartían el mercado mundial, tanto de consolas portátiles como de mesa. Cayó Sega y Microsoft, en 2001, tuvo la osadía de asaltar el imperio nipón. Y lo logró con las sucesivas consolas Xbox. Los tres actores han seguido evolucionando para llevarse el pastel de esta industria que se suele repartir entre EE UU (60%), Japón (40%) y Europa (40%). Sus consolas han eliminado cables y botones y han logrado que los aficionados sigan comprando máquinas y juegos, con más o menos frecuencia. Pero ya no están solos.
La competencia ha llegado de donde no esperaban: las redes sociales y los teléfonos inteligentes. Internet, apenas hizo daño. El jugador de ordenador es minoritario, pero no así el del móvil, con su aparato siempre encima y su permanente conexión a Internet y a redes sociales. De la mano de Facebook, creció Zynga, la fábrica de juegos como Farmville, Mafia Wars, Citiville y Enemies and Allies. Todos gratuitos, pero con el truco de conseguir ingresos a base de compras de objetos para mejorar la jugabilidad . En los móviles triunfan juegos como Angry Birds, con actualizaciones, que también saben sacar el dinero del jugador del primer, segundo y hasta tercer mundo, porque todos llevan un móvil en la mano.

El Pais

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