Son elementos fundamentales para el desarrollo de las tecnologías de la información. Ante la alarma mundial por el aumento de los precios, Pekín fijará cuotas razonables en su extracción y exportación
Cerio, lutecio, bastnasita, didimio, escandio, itrio... son los poco familiares nombres de estas "tierras raras" que, aunque desconocidas del gran público, son muy codiciadas hoy ya que sin ellas no funcionarían los iPod ni los Toyota Prius, las pantallas planas ni las lámparas de bajo consumo.
En concreto, es un sector pequeño aún pero estratégico y es por ello que su dominio por parte de China asustó a los compradores extranjeros.
En 20 años, la potencia, que sólo tiene un tercio de las reservas planetarias, se arrogó el 95% de la producción mundial merced a sus bajos costos y a sus escasas exigencias en materia de protección ambiental. Así pudo dominar el mercado tirando abajo los precios. De exportador pasó a consumidor, a medida que se aceleraba su crecimiento.
Empezó entonces a limitar la exportación a través de derechos y cupos, con el resultado de que los precios de estas commodities se multiplicaron por 5 entre 2002 y 2010.
En julio de 2010 vino el golpe de gracia: China redujo en 40% el cupo de exportación. El terbium, que es el más caro de estos minerales, se cotizó en 600 dólares el kilo.
Esto desató una búsqueda de nuevos yacimientos por parte de las otras potencias y de insumos alternativos por el lado de los grandes consumidores de estas tierras raras, como Toyota, por ejemplo.
Cabe señalar que, contra lo que indica su nombre, las "tierras raras" son abundantes. La dificultad radica en que la producción de unos pocos kilos requiere toneladas de material.
Ahora, las autoridades chinas han anunciado que modificarán estas cuotas de extracción y exportación para volverlas "razonables" y tranquilizar así a los compradores extranjeros alarmados por el dominio que esa potencia había desarrollado sobre el sector.
Al anunciar las cuotas "razonables", el primer ministro Wen Jiabao dijo que la industria de tierras raras del país había sido perjudicada por la minería ilegal y exportaciones "caóticas". "Tomaremos en plena consideración los recursos domésticos, la producción y el consumo además del mercado internacional, y fijaremos cuotas anuales para los volúmenes totales de producción minera y para la exportación de tierras raras en forma razonable", consta en un registro de la reunión difundo en la página de Internet del Gobierno (http://www.gov.cn). El informe incluye una cita de Wen asegurando que se requerirán cinco años para que China desarrolle un sector de tierras raras ordenado y eficiente.
En concreto, China recortó las cuotas de exportación para la primera mitad del 2011 en un 35% comparado con la primera mitad del año pasado, aunque las cuotas totales para este año todavía no fueron anunciadas. Pekín se muestra ahora más preocupado por los efectos medioambientales de esta industria extractiva y dice que los recortes de cuotas evitarán la extracción desenfrenada y contaminante de los yacimientos.
En concreto, es un sector pequeño aún pero estratégico y es por ello que su dominio por parte de China asustó a los compradores extranjeros.
En 20 años, la potencia, que sólo tiene un tercio de las reservas planetarias, se arrogó el 95% de la producción mundial merced a sus bajos costos y a sus escasas exigencias en materia de protección ambiental. Así pudo dominar el mercado tirando abajo los precios. De exportador pasó a consumidor, a medida que se aceleraba su crecimiento.
Empezó entonces a limitar la exportación a través de derechos y cupos, con el resultado de que los precios de estas commodities se multiplicaron por 5 entre 2002 y 2010.
En julio de 2010 vino el golpe de gracia: China redujo en 40% el cupo de exportación. El terbium, que es el más caro de estos minerales, se cotizó en 600 dólares el kilo.
Esto desató una búsqueda de nuevos yacimientos por parte de las otras potencias y de insumos alternativos por el lado de los grandes consumidores de estas tierras raras, como Toyota, por ejemplo.
Cabe señalar que, contra lo que indica su nombre, las "tierras raras" son abundantes. La dificultad radica en que la producción de unos pocos kilos requiere toneladas de material.
Ahora, las autoridades chinas han anunciado que modificarán estas cuotas de extracción y exportación para volverlas "razonables" y tranquilizar así a los compradores extranjeros alarmados por el dominio que esa potencia había desarrollado sobre el sector.
Al anunciar las cuotas "razonables", el primer ministro Wen Jiabao dijo que la industria de tierras raras del país había sido perjudicada por la minería ilegal y exportaciones "caóticas". "Tomaremos en plena consideración los recursos domésticos, la producción y el consumo además del mercado internacional, y fijaremos cuotas anuales para los volúmenes totales de producción minera y para la exportación de tierras raras en forma razonable", consta en un registro de la reunión difundo en la página de Internet del Gobierno (http://www.gov.cn). El informe incluye una cita de Wen asegurando que se requerirán cinco años para que China desarrolle un sector de tierras raras ordenado y eficiente.
En concreto, China recortó las cuotas de exportación para la primera mitad del 2011 en un 35% comparado con la primera mitad del año pasado, aunque las cuotas totales para este año todavía no fueron anunciadas. Pekín se muestra ahora más preocupado por los efectos medioambientales de esta industria extractiva y dice que los recortes de cuotas evitarán la extracción desenfrenada y contaminante de los yacimientos.
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