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2011/02/28

Lecciones de biología para los banqueros

La biología y el mundo natural están ayudando a los economistas a construir nuevos modelos con los que entender la dinámica del sector financiero, y, por ejemplo, por qué la crisis de las hipotecas de alto riesgo o subprime en Estados Unidos causó tanto daño a la economía mundial.
¿Podría una mejor comprensión de la ecología haber ayudado a prevenir la crisis económica mundial?
Parece increíble, pero un grupo de científicos que está trabajando con el Banco de Inglaterra cree que el sector financiero se puede beneficiar de unas lecciones de biología.
"Una de las buenas cosas que surgió de la crisis es que ahora las personas se atreven más a pensar desde otra perspectiva, a salirse del marco establecido", señala Gillian Tett del Financial Times.
"El mundo financiero puede aprender mucho si explora otras disciplinas".
La banca tiene una larga historia de tomar prestadas ideas de la ciencia. Ya en el siglo XVII, el astrónomo Edmund Halley construyó tablas de mortalidad para la industria de los seguros de vida.
Sin embargo, la auténtica oleada de aportación científica se produjo en la década de los '70 y '80, cuando el poder de las computadoras comenzó a revolucionar las finanzas.

Revolución tecnológica

"Se produjo la revolución tecnológica al mismo tiempo que crecía la complejidad de las finanzas y había un crecimiento de la demanda de los inversores con habilidad para navegar un mundo complejo", afirma Gillian Tett.
A medida que el sector financiero creció, también lo hizo la demanda de licenciados con talento y capaz de manejar bien los números para crear productos nuevos y aún más sofisticados.
Sin embargo, el sector financiero se enredó demasiado y, cuando se produjo la caída, amenazó con destruir todas las estructuras de la economía.
"Esto es algo que nuestros modelos convencionales no pudieron comprender", explica Andrew Haldane, director ejecutivo de estabilidad financiera en el Banco de Inglaterra.
"La actividad en todos los países del mundo cayó por un precipicio".
Pero hubo un grupo de gente capaz de encontrar la razón y el sentido de esto. Eran los biólogos.

Diferenciar lo pequeño de lo grande

Los científicos y el Banco de Inglaterra han comenzado a explorar las posibles explicaciones del mundo de la ciencia de la vida.
Las comparaciones se establecen entre los sistemas biológicos, con sus complejas redes de interacciones entre todas las especies distintas, y las interacciones entre los distintos bancos y las instituciones financieras.
"Necesitamos considerar el sistema como un sistema, más que observarlo átomo por átomo, nudo por nudo", explica Andrew Haldane, admitiendo que en el periodo anterior a la crisis, esto no se había hecho.
"No diferenciamos entre lo pequeño y lo grande, no pensamos demasiado en los nexos de unión entre ambos", afirma.
Hasta ahora, no ha existido un sistema que recoja datos en el sector bancario de forma amplia. Los reguladores y legisladores esperan que puedan registrar información que les permita establecer un mapa de la red financiera y detectar las fluctuaciones que podrían llevar a un colapso de las instituciones.
Considerar el sistema bancario como un sistema biológico podría ayudar a explicar por qué el mundo financiero se volvió tan vulnerable.

Enorme y homogéneo

Paradójicamente, a medida que los bancos se convirtieron en más grandes y más complejos, el sistema bancario en su conjunto se volvió más homogéneo.
"Es racional que un banco individual trate de diversificar su hoja de balances", afirma Haldane.
Al realizar distintas funciones, el banco diluye los riesgos; se trata de no poner todos los huevos en la misma cesta.
Pero todos los grandes bancos estaban haciendo exactamente lo mismo.
"La búsqueda de diversificación de los bancos individuales llevó a que todo el sistema en su conjunto careciera de diversidad", explica Haldane.
En biología, una falta de diversidad equivale a una falta de robustez, y esto provocó las divisiones dentro de los grandes bancos durante la crisis.

Epidemia bancaria

Otra forma de enfocarlo consiste en mirar a la propagación de la enfermedad a través de la población al dibujar un paralelo entre grandes bancos y el concepto epidemiológico de "gran portador", es decir, un individuo que, mediante su contacto con un gran número de personas, es responsable de la propagación de una infección.
Pero no hubo forma de aislar al "gran portador".
Como la extensión de una enfermedad infecciosa o transmitida sexualmente, la crisis que golpeó a los bancos más grandes produjo también una reacción en cadena en otras instituciones conectadas con ellos.
"Como en el equivalente de los promiscuos, tenemos a estos grandes bancos globales que tienen conexión con todos los bancos en el sistema", alega Andrew Haldane.
"Lo que necesitamos para ese tipo de entidades es una mayor protección desde el principio", dice.

Mayor protección

En término bancarios, la protección supone evitar que las interacciones entre las instituciones se vuelvan tan complicadas que cuando algo falla, todo sufra.
El desafío es llevar esto a la práctica, racionalizando interconexiones y manteniendo la diversidad.
Entre las demandas que se están discutiendo en las negociaciones entre bancos y reguladores se requiere ahora que los bancos aumenten el capital que guardan como protección contra posibles pérdidas.
"Esto ha sido una experiencia de la que aprender para todos nosotros", dice Haldane.
"Han ocurrido cosas que nunca pensamos que ocurrirían y la clave es entender por qué ocurrieron".
"Ha sido increíble que otros aparecieran y nos dijera, 'mira, puedes estar sorprendido por esto, pero este tipo de cosas han estado ocurriendo en nuestra disciplina durante cientos de años, así que se los podemos explicar'", concluye.

BBC Mundo

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