La circuncisión rutinaria a varones sanos es uno de los pocos métodos que han demostrado científicamente reducir el riesgo de infección por VIH. Un estudio realizado en Uganda y publicado en The Lancet hizo que la OMS recomendara su empleo en países con tasas elevadas de sida, como en el África subsahariana.
La revista británica vuelve ahora a recoger la demostración de una nueva ventaja de la circuncisión. Según dos ensayos clínicos paralelos de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) y del Programa de Ciencias de la Salud Rakai (Uganda), realizados ambos en este país africano, los hombres circuncidados trasmiten un 23% menos el virus del papiloma humano (VPH) a sus parejas que los que mantienen la piel que protege el prepucio. El VPH es el único causante del cáncer de cuello de útero, una de las principales causas de mortalidad femenina en los países en vías de desarrollo. Aunque existen dos vacunas frente a este virus, su precio sigue siendo elevado.
El editorial que acompaña al estudio valora positivamente los resultados de la investigación, pero recalca que la circuncisión no debe ser vista como un único método de prevención ya que, tal y como sucede con el VIH, la reducción en la transmisión es solo parcial y, además, pequeña, del 23% (en el caso del VIH oscila entre el 38% y el 66%). Así, los editorialistas reclaman la implantación masiva de programas de vacunación frente al VPH.
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La revista británica vuelve ahora a recoger la demostración de una nueva ventaja de la circuncisión. Según dos ensayos clínicos paralelos de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) y del Programa de Ciencias de la Salud Rakai (Uganda), realizados ambos en este país africano, los hombres circuncidados trasmiten un 23% menos el virus del papiloma humano (VPH) a sus parejas que los que mantienen la piel que protege el prepucio. El VPH es el único causante del cáncer de cuello de útero, una de las principales causas de mortalidad femenina en los países en vías de desarrollo. Aunque existen dos vacunas frente a este virus, su precio sigue siendo elevado.
Observado desde antiguo
Ya en 1901 un investigador observó que había muy poca incidencia de cáncer de cuello de útero en las mujeres judías, que siempre contraían matrimonio con hombres circuncidados. Sin embargo, aunque otros estudios ya habían demostrado el posible papel protector de la circuncisión, ninguno se había diseñado como el actual, que compara directamente la presencia del virus en parejas de hombres que se someten o no a la intervención, a lo largo de dos años.El editorial que acompaña al estudio valora positivamente los resultados de la investigación, pero recalca que la circuncisión no debe ser vista como un único método de prevención ya que, tal y como sucede con el VIH, la reducción en la transmisión es solo parcial y, además, pequeña, del 23% (en el caso del VIH oscila entre el 38% y el 66%). Así, los editorialistas reclaman la implantación masiva de programas de vacunación frente al VPH.
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